En la búsqueda de brotes verdes en medio de la bajada generalizada de tráficos en la totalidad de puertos españoles, Huelva consiguió cerrar el pasado marzo como el mes desde el de octubre del año pasado y eso que el tercer mes del ejercicio es propicio para marcar récords en el movimiento en los muelles onubenses con cifras en los dos últimos años por encima de los tres millones de toneladas, el movimiento habitual de no mediar las consecuencias devastadoras que para la actividad portuaria trae aparejada la pandemia de covid.

En este contexto, el Puerto de Huelva no llegó a ese límite conseguido en marzo del año pasado y los más de 2.4 millones de toneladas con las que se cerró el mes, elevan las pérdidas en el primer trimestre a casi un cuarto de los tráficos totales, sin duda los peores tres meses iniciales de ejercicio desde que hay registros. No obstante, hay que retroceder a hace cinco meses para encontrar una cifra semejante, con lo que la ligera recuperación económica y de actividad registrada en las últimas semanas, parece que comienza a trasladarse a la actividad del Puerto de Huelva.

No obstante, los tráficos que aportan toneladas al balance mensual continúan de capa caída. Es de prever, no obstante, que la recuperación de la actividad de la Refinería de Cepsa como consecuencia del levantamiento del ERTE que pesaba sobre su plantilla seis meses antes de lo previsto, contribuya a paliar un descenso en el tráfico de petróleo crudo que casi llega al 46% en lo que llevamos de año y un 36% el mes pasado. Por ponerlo en su contexto, de los dos millones de toneladas que el Puerto se ha dejado en tres meses, más de una corresponde a este capítulo.

Dentro todavía de los graneles líquidos, en principal de los capítulos que engrosan los tráficos en los muelles onubenses, el comportamiento es mucho menos errático, exceptuando al gas natural, también directamente relacionado con la falta de movilidad. Lo esencial de los productos que salen del Polo Químico onubense, tales como plásticos o desinfectantes, juegan a favor de los descensos más moderados en sus caídas y es posible que en ellos se sustente buena parte de la recuperación de los mismos. Para entender la importancia de los mismos en el tráfico total, cabe señalar que el 79% de todas las toneladas que se movieron por todos los muelles del Puerto de Huelva, lo fueron de graneles líquidos.

Curiosamente, en pleno desplome por la descarbonización de la economía, los graneles sólidos mantiene el tipo tanto en el pasado mes de marzo cuando apenas descendieron un 4%, como en el acumulado con una pérdida de un 15%, muy por debajo de la bajada en los restantes puertos del sistema nacional.

Uno de los buques junto con al embarcación de los prácticos haciendo su entrada en el Puerto de Huelva.

Tampoco las estrategias de diversificación emprendidas por la Autoridad Portuaria sirven para sacar a flote un año para olvidar. En este sentido la mercancía general vuelve a instalarse en los números rojos, con una pérdida acumulada del 27% (un 35% sólo en marzo) fruto de la todavía poco apreciable recuperación del turismo en las Islas Canarias que penaliza el tráfico en la línea de Baleària. También se nota en el movimiento de contenedores, aunque durante marzo se rozaron los 6.000 teus, una cifra a la que tampoco se llegaba hacía tiempo. Conforme se acerque el verano y el ritmo de las vacunaciones permita la apertura, al menos parcial de algunos establecimientos hoteleros insulares, la recuperación de ambos tráficos debería ser un hecho.

Hay que acudir a capítulos poco habituales, como el avituallamiento de productos petrolíferos que crece por primera vez en meses el pasado mes de marzo o la pesca que sale claramente beneficiada de las nuevas instalaciones recientemente inauguradas con una cantidad que triplica lo conseguido en el mismo mes de hace un año, para encontrar atisbos que permitan augurar una recuperación de aquí a final de año.

Y es que a partir de abril de 2020 es cuando se produjo la caída importante del tráfico marítimo, aunque no tanta como la que se ha vivido en los dos primeros meses del año. El segundo trimestre será el del inicio de una tímida recuperación para ser más determinante a partir del tercero y, especialmente, del último.