La práctica de actividades náuticas en entornos educativos ofrecen beneficios físicos y cognitivos, promueven la conciencia ecológica y fomentan valores como la cohesión grupal, el liderazgo y el respeto, además de fomentar la socialización y la resolución de conflictos. Esta es la principal conclusión del estudio Análisis de la práctica de actividades náuticas en las escuelas, desarrollado por investigadores de las universidades de Huelva, Sevilla y el Centro de Estudios Universitarios San Pablo CEU, y publicado recientemente en la revista Education Sciences.

La investigación planteaba, además, resaltar el papel fundamental de los educadores en la optimización de los beneficios y la mitigación de los riesgos asociados con las actividades acuáticas en entornos educativos. Para lograr este objetivo se realizaron diez entrevistas, distribuidas uniformemente entre hombres y mujeres de diferentes países que trabajan en actividades náuticas con estudiantes en entornos acuáticos.

El análisis de las entrevistas reveló tres dimensiones significativas, entre ellas la seguridad, las prestaciones y los aspectos relacionados con el deporte. Con respecto a la primera, el estudio manifiesta que los educadores deberían integrar protocolos de seguridad sólidos a la perfección en los planes de estudio, centrándose en el uso obligatorio de chalecos salvavidas y trajes de neopreno, además de priorizar la evaluación previa de las condiciones ambientales y garantizar una formación integral de los instructores es imperativo para la seguridad de los participantes.

Además, resaltan que los educadores están estratégicamente posicionados para abogar por los impactos positivos de las actividades acuáticas en la salud física y mental y apuntan que fomentar la participación regular u ocasional en deportes acuáticos puede resaltar los beneficios a corto y largo plazo, incluida una mejor condición física y la reducción del estrés.

Además, remarcan que las actividades acuáticas ofrecen un entorno óptimo para fomentar la socialización, el trabajo en equipo y los vínculos emocionales entre los estudiantes e instan a los educadores a diseñar actividades que promuevan la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y el desmantelamiento de prejuicios, reforzando valores sociales críticos como el respeto, la empatía y el compañerismo. También destacan que las actividades acuáticas ofrecen un enfoque holístico para mejorar el bienestar físico y mental, el desarrollo personal y social y la conciencia ambiental de los estudiantes y se alienta a los educadores a abogar por oportunidades de aprendizaje integrales y experienciales que se extiendan más allá de los entornos tradicionales del aula. En conclusión, las actividades náuticas en entornos escolares aportan una amplia gama de beneficios pero requieren una atención continua en términos de seguridad. Estos hallazgos subrayan la importancia de promover estas prácticas como parte integral del plan de estudios escolar.