Pío XII ha sido testigo de once accidentes en lo que va de año
Según fuentes de la Policía Local, la mayoría han sido colisiones entre vehículos, mientras que en tan sólo dos de ellos se ha visto involucrada alguna persona


Tras el accidente ocurrido el pasado viernes en la calle Pío XII que le costó la vida a una persona, las alarmas sobre la siniestralidad en esta vía de la ciudad se han vuelto a encender. Según fuentes policiales, un total de once accidentes han tenido lugar en Pío XII desde que comenzó 2008, un dato al que la Policía Local resta importancia ya que, tal y como informan, la mayoría de los siniestros han consistido en colisiones leves entre vehículos. Exactamente se contabilizan nueve incidentes de esta índole con destrozos materiales leves y daños personales inexistentes. Frente a estos, son dos los casos en los que alguna persona se ha visto involucrada, el último el acaecido el pasado viernes, y un incidente anterior "sin gravedad" que ocurrió a la altura de Virgen de Guadalupe "y cuyas causas fueron la irrupción de un peatón en la calzada sin que éste se encontrase en un paso de peatones", precisa la Policía.
Frente a la conciencia esperanzadora de la Policía Local, los vecinos que habitan las casas que se ubican en Pío XII y en las vías aledañas presentan una visión un tanto diferente y más preocupada, manifestando que el verdadero problema es la alta velocidad a la que la mayoría de los vehículos circulan por el lugar. En la calle, la gente se muestra condescendiente y satisfecha con la señalización y los pasos de peatones que intentan regular el tráfico de la zona y responsabilizan de los accidentes a los propios conductores que alcanzan velocidades muy superiores a los 50 kilómetros por hora que el código de circulación vigente establece como máxima para las vías urbanas. Además, hay quien destaca la gran densidad de tráfico que soporta la calle durante todo el día, "ya que es una de las principales vías de acceso a la Avenida Andalucía", destaca José Luis Redondo, un vecino de la calle preocupado por la situación. Por su parte, Josefa Gutiérrez, dueña de uno de los comercios de la zona, subraya que "aquí al lado hay un colegio, un mercado al que va mucha gente y por aquí viven personas mayores, unas condiciones que hacen que el peligro sea aún mayor".
Desde una perspectiva constructiva, los vecinos proponen la instalación de semáforos a mitad de la calle como una posible solución, de forma que se obligue a los conductores a aminorar la velocidad o, de forma complementaria, instalar semáforos en la calles transversales a Pío XII, ya que los coches que intentan acceder a la vía tienen que invadir uno de sus carriles para ver si pueden incorporarse, todo ello a causa de los coches que están aparcado a ambos lados de la calle. Muchos coinciden en la poca visibilidad de la vía a causa del aparcamiento de los vehículos, en este caso en lo que se refiera a que los conductores puedan ver con suficiente antelación a los peatones que esperan en el paso de cebra. Con este argumento, apoyan lo adecuado de prohibir aparcar en toda la calle.
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