1995

Pedro Rodríguez arrolla a Ceada

  • El PP consiguió, con su popular candidato, vencer por primera vez al PSOE en la capital.

El candidato que el Partido Popular presentó a las elecciones municipales del año 95 era conocido en Huelva mucho antes de emprender la aventura de la política. Miembro de una familia de empresarios onubenses de las de toda la vida -son muchos los que cuentan que el alcalde les hizo el reportaje fotográfico de su boda- y reportero de Huelva Información, de personalidad arrolladora, cercano, conversador, campechano, con una habilidad insólita para recordar a todas y cada una de las personas con las que se iba encontrando por la calle, o al menos, para que así lo pareciese, Pedro Rodríguez tenía media campaña resuelta. La otra media la tenía clara: mucha calle y mucha Huelva.

Recuperar y potenciar las tradiciones, muchas de ellas perdidas o en vías de extinción, y el sentimiento de orgullo y pertenencia a la sociedad onubense a partir del ensalzamiento del patrimonio histórico y, muy especialmente, deportivo, fueron las bazas que jugaron Rodri y su equipo electoral. Y funcionó.

Ya durante la campaña, no exenta de crispación, la gente daba muestras de simpatía hacia el discurso de Pedro Rodríguez. Este acusaba a Juan Ceada de no haber sabido dar la cara por Huelva y el todavía alcalde se defendía enarbolando los enormes cambios urbanísticos que la capital había experimentado durante su gobierno. En las jornadas previas al 28 de mayo, el vuelco podía percibirse en los mítines de fin de campaña que protagonizaron los candidatos. Y al final, las urnas hablaron, y los cinco concejales que perdió el PSOE fueron a parar al haber del Partido Popular, que contó con el apoyo de Izquierda Unida.

El PP conseguía por vez primera gobernar en la capital, aunque sin mayoría absoluta, y a finales de año ya hacía balance de las actuaciones emprendidas en el Ayuntamiento: Plan Urban, Huelva en Acción, autobuses gratuitos para los mayores de 65 años y bonobús especial para estudiantes, creación del CES y, por supuesto, potenciación de las fiestas y tradiciones.

También se celebraron comicios en el siempre frágil Recreativo. Diego de la Villa y Manuel Muñoz optaron a la presidencia. Los socios votaron y eligieron al primero. Fue él quien tuvo de vivir aquel mismo año momentos tan dolorosos como la declaración de ruina del antiguo estadio a causa de las fuertes precipitaciones que a partir de diciembre se vivieron en toda la provincia. Unas precipitaciones que, irónicamente, habían sido lo más deseado de los últimos meses, tanto que incluso se celebró una misa en la ermita del Rocío en la que participaron todos los obispos andaluces.

Tampoco fue el año 95 el de la recuperación del mercado laboral, pero sí fue cuando, por fin, tras tanto sufrimiento y ostracismo, la UE consideró erradicada la peste porcina y los productos ibéricos onubenses pudieron ser exportados de nuevo. Y qué mejor que celebrarlo con la constitución del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jamón de Huelva.

Seguro que disfrutaron degustando ibéricos los artistas que acudieron al XXI Festival de Cine Iberoamericano. Mario Vargas Llosa, Concha Velasco, José Sacristán, Florinda Chico o Emma Penella acudieron a una cita cinematográfica que había conseguido equilibrar sus cuentas tras la polémica de 1994.

En sucesos, se produjeron dos asesinatos que conmovieron a la sociedad onubense. En agosto, Anastasio del Toro acabó con la vida de su ex esposa, Lourdes Almansa, en plena calle Arquitecto Pérez Carasa. En diciembre, uno de los cuatro únicos vecinos del Puerto La Laja asesinó a tiros a otros dos, un matrimonio con el que mantenía una mala relación.

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