Huelva

Los alumnos de la Onubense debaten el adelanto a julio de los exámenes de septiembre

  • El Rectorado apuesta por mantener la convocatoria tras el verano para el próximo curso El Caruh se posicionará tras el pleno de hoy

El debate sobre la supresión de los exámenes de septiembre o, para ser más exactos, el traslado al mes de julio de esta segunda convocatoria u oportunidad para superar determinadas materias, está abierto entre los estudiantes de la Universidad de Huelva (UHU).

La institución académica, según aseguró ayer la vicerrectora de Estudiantes, Empleo y Extensión Universitaria, Carmen Santín, no modificará su calendario de pruebas del próximo curso, si bien otras universidades han adoptado esta medida (en los estudios de grado, mientras que mantienen los exámenes tras el verano en los planes a extinguir de licenciatura y diplomatura), siguiendo una tendencia que va a más y que surgió hace años en el seno de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas. Por ello, desde el Rectorado advierten que esta opción estará sobre la mesa, aunque de cara al futuro y siempre a demanda del alumnado.

Esta postura ha propiciado la movilización del Consejo de Alumnos y Representantes de la Universidad de Huelva (Caruh) que, durante una semana y media, ha informado a los estudiantes sobre las ventajas e inconvenientes de un hipotético cambio. Según explicó ayer el presidente de este organismo, Pablo Martín, los delegados han entregado a los alumnos hojas de firma en apoyo o en contra de este cambio de calendario o supresión, de forma que "todos los estudiantes de la UHU están teniendo la posibilidad de opinar al respecto".

El recuento de firmas y, por ende, la decisión que adoptará el Caruh se perfilará en un pleno que tendrá lugar esta tarde. No obstante, la opinión personal de Martín es clara: considera "contraproducente" para los alumnos el adelanto porque aquellos que arrastren alguna asignatura del primer cuatrimestre tendrán poco tiempo después de los exámenes del segundo cuatrimestre para poder recuperarla, a la vez que los profesores deberían ajustar sus tiempos de corrección de exámenes para que el alumno disponga de sus notas con la antelación necesaria para saber si se tiene que presentar o no y poder así organizarse adecuadamente.

El cambio también dificultaría, ajuicio del presidente del Caruh, la convocatoria del trabajo de fin de grado.

Dos son los argumentos que otras instituciones académicas esgrimen para apoyar el anticipo. Uno de ellos es que permitiría resolver las actividades propias de la evaluación con tiempo suficiente para que, antes del 31 de julio de cada curso, el alumnado pueda matricularse en el curso siguiente, evitándose así que se solapen el comienzo de las clases y la matriculación.

Sin embargo, Martín señaló que "si el curso finaliza, según el calendario propuesto por el Rectorado, el 17 de julio y la Universidad cierra el 31 de julio y no se regresa hasta septiembre, al final es casi igual que acabar en septiembre y tener que estar matriculados el veintitantos".

El otro argumento que sostienen los defensores del cambio es que la realización de exámenes en julio se acomoda al modelo imperante en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), facilitando la movilidad estudiantil, el intercambio y la posibilidad de la realización de prácticas en empresas.

Sin embargo, el responsable del Caruh considera que "no pueden intentar pretender que los alumnos perdamos nuestros derechos porque en Europa los haya y no nos den otros que también existen en la UE". Se refiere, por ejemplo, a las tasas gratuitas o reducidas, o a la recuperación de materias mensual que disfrutan los alumnos italianos.

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