Huelva

Mágica

  • Tarde para el recuerdo con el triunfo de toros y toreros

plaza de toros de la merced Ganadería: Saltaron al ruedo siete toros de Santiago Domecq, dos como sobreros de los lesionados cuarto y sexto. El titular cuarto fue del hierro de Ana Bohórquez . Encierro muy bien presentado, nobles y bravos en líneas generales, de entre los que destacan los tres últimos lidiados, especialmente la seriedad y bravura del sexto. TOREROS: Julián López El Juli: dos orejas; saludos tras leve petición y aviso. Miguel Ángel Perera: oreja y fuerte petición de la segunda; dos orejas Alejandro Talavante: oreja; oreja. INCIDENCIAS: Tres cuartos de plaza en tarde de agobiante temperatura. A hombros los tres diestros y el mayoral. En el quinto se desmonteraron Joselito Gutiérrez y Barbero. En el sexto lo hicieron Trujillo y Julio López.

MUCHA magia sobre el albero de la plaza onubense. Tres toreros dispuestos, una corrida en condiciones y una afición sensible para llevarse lo bueno hasta el tendido. Una tarde de gloria con una corrida brava de Santiago Domecq y muchas cosas metidas en el corazón del aficionado. De esas tardes que se quedan para contarlas después, cuando ha pasado el tiempo y se vuelven a venir a la mente los muletazos de El Juli al primero, la disputa de terrenos de Perera al segundo, cuando se echó el capote a la espalda o la faena de ese Talavante portentoso al sexto de la tarde. Cosas de esas que pasan una tarde y después tardan en pasar.

Que, además, pasan con la importancia que pone un toro en condiciones sobre el albero. Que llegan poco a poco, calando la tarde hasta los tuétanos, y forman tal vorágine de cosas bonitas que es difícil quedarse con cual.

Bonitos e importantes detalles, porque de capotes y muletas brotaron al compás de una tarde, que siempre mantuvo el interés, seis actuaciones que llevan marchamo de mucha torería y toreo. De mucha magia en la que embrocar la faena valiente, lista y comprometida de El Juli frente a la bondadosa bravura del que abrió plaza. Suave la faena, suave el toro, hasta en la rotundidad con la que El Juli se puso cerca de los pitones antes de volcarse sobre el morrillo en una estocada rotunda, perfecta, infalible.

Poderoso el madrileño para llevarse al huerto la embestida de un toro amplio. Tuvo calidad el de Domecq y El Juli le arrancó faena por el izquierdo buscando afianzar la tarde. Mas echó el toro el pasito atrás en la pelea y más tarde la espada se marchó lejos del hoyo de las agujas.

Toreros sin artificio, esos muletazos con los que Talavante se llevó fuera del tercio al tercero. Tres carteles de toros en una faena que tuvo fases menores hasta que en la cuarta serie se entendieron el temple y la distancia. Acordaron toro y torero el tiempo de la lidia y llegaron impecables dos series, una por la izquierda, con sabor; otra por el derecho, importante, para abrochar lo bueno de ese acto.

Preludio de gente de plata llamando a la gloria del triunfo. Valor y torería en Trujillo y Julio López, desmonterándose tras cuajar tres soberbios pares. Después, Talavante, ese torero de dos tiempos. El del torero introvertido que a veces luce como una lamparilla y poco alumbra aunque le pueda al toro. Otras, el torerazo radiante y feliz que es capaz de transmitir una faena intensa, inspirada y muy rotunda frente a uno de los toros más bravos de la tarde. Bravo y rotundo en la pelea. Bravo, mágico también el torero, que lo embarcó con mucha determinación en un toreo con mando que dejó escritas muy serias sensaciones en torno a la tarde. Arrancó Talavante una valiosa oreja, no por hacer pareja para la salida a hombros, sino por la verdad que le otorga un toro que fue a más en cada muletazo.

Colocación le faltó al acero, mas no corazón, porque Talavante se fue derecho como una vela tras la espada.

Mérito tiene que en una tarde con dos sobreros y un calor impertinente no se rebulla nadie sobre su asiento. No se impaciente la tarde con tanto buey bravucón, y la sensación de que con el cuarto, lesionado de una mano, se marchaba para chiqueros un toro bravo.

Mérito de tres toreros, a los que se suma en la crónica Perera. Declaración de intenciones del de Prior. Templando el toreo con el capote frente al tercero. Rodillas en tierra y lances de valor. Imperturbable en la distancia que un toro te mira y no te quitas. Le aguantas, porque a lo que uno ha ido allí es a quedarse con la tarde. Llevarse ese botín de una guerra donde hay poderosos guerreros. Hacerse con una faena que arrancó en los medios sin rectificar y se abrochó en el tercio dejando atrás mucho toreo grande. Del que exige a un toro. Del toreo que no se deja nada para lo que llegue después. Soberbia la estocada, rozando las yemas de los dedos las cintas de la divisa.

En plena geometría del toreo, en la ilógica razón de irse con torería a buscar uno a un toro con dos palos en la mano, en esas cosas de terrenos y lógica que tiene la lidia, se acurrucó Joselito Gutiérrez para dejar dos pares de rehiletes entre el clamor del tendido. Cosas de valientes debe ser vestirse de torero y ponerse de hinojos a templar con la muleta la embestida de un toro encastado y noble que respondió al envite. El poderío de Perera fue tan intenso que acabó menguando la decisión de un toro que se dejó la chispa de la casta después de tres series de insoportable poderío. Rotunda, también esta vez, la espada de Perera que se quedó con las dos orejas de este quinto.

Adiós a un festejo que deja cosas importantes escritas. De las más importantes es que las figuras que tanto dijeron que no al toro digno en Huelva han triunfado con el esta feria. ¡Y de que manera!

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