Tan sólo con la ayuda de lápices de colores, rotuladores, papel, cartulina, tijeras, pegamento y, sobre todo, sus manos y mucha imaginación, cerca de 200 menores de El Rompido disfrutaron el lunes de una tenebrosísima tarde-noche de Halloween.

Y es que la sección infantil de la biblioteca pública de Cartaya organizó en sus delegaciones de Cartaya y El Rompido por sexto año consecutivo la actividad conocida como Bibliohalloween, pensada para que, aprovechando esta celebración, los pequeños aprendan a elaborar y colorear sus propias caretas y disfraces y a entender en qué consiste esta celebración, que hunde sus raíces en la cultura anglosajona y que está siendo importada cada vez con más fuerza por la cultura española.

Y es que la que también se conoce como Noche de Brujas se trata de una fiesta que se celebra principalmente en Estados Unidos, el norte de México, y algunas zonas y provincias de otros países como Canadá, Irlanda o el Reino Unido en la noche previa a la celebración católica del Día de Todos los Santos.

Así, los colores negro y naranja, a los que se asocia a menudo esta ancestral tradición típicamente anglosajona y de origen celta, tiñeron durante toda la tarde las instalaciones de la biblioteca infantil cartayera, creando el mejor marco y escenario en el que los pequeños elaboraron de forma artesanal cientos de caretas y disfraces, a cual más monstruoso.

Se suma así un año más la biblioteca infantil del municipio y, por primera vez la de El Rompido, a esta celebración, a la que prosiguió por la noche el recorrido de cientos de niños por las calles de ambos municipios solicitando a los vecinos golosinas y caramelos tras llamar a sus puertas y hacer la ya famosa pregunta: "¿Truco o trato?"

La iniciativa tiene además como principales objetivos reunir por una parte a los menores en la biblioteca con la intención de que pasen un rato divertido (y a la vez de lo más tenebroso), confeccionando con sus propias manos y su imaginación sus propios disfraces; fomentar las manualidades entre los participantes y, sobre todo, que conozcan, se familiaricen y descubran los servicios que se ponen a su disposición en un centro de lectura como la sección infantil de la biblioteca cartayera.

Una vez finalizada la actividad, numerosas pequeñas brujas, esqueletos y monstruos de todo tipo se echaron un año más con sus padres a las calles de la localidad para finalizar una fiesta cada vez más consolidada en la cultura española y que los americanos han sabido exportar a su más puro estilo y con fines principalmente mercantilistas y de marketing.