Días de cómic

Haz el amor, y no la guerra

  • Barbarella (1962), de Jean-Claude Forest, es la primera y más destacada de las heroínas de la fantasía y ciencia ficción erótica, elevada a icono con ayuda del film de Jane Fonda

  • Dolce far niente

Barbarella.

Barbarella. / M. G.

El largometraje Barbarella (1968) es una producción franco-italiana de ciencia ficción dirigida por Roger Vadim y protagonizada por su esposa, Jane Fonda. Quizás haya quien ignore que dicha película está basada en la serie de historietas Barbarella (1962), de Jean-Claude Forest, que narra la historia de una viajera espacial, representante del Gobierno de la Tierra Unida enviada a buscar al profesor Durand-Durand, un científico que ha creado un arma capaz de destruir a la Humanidad. La protagonista del cómic Barbarella es un icono de la cultura pop que la película de Jane Fonda ayudó a convertir en universal, aunque, realmente, fuese Brigitte Bardot la musa cinematográfica que inspirara a Forest.

Barbarella es una obra maestra del erotismo de ciencia ficción, donde se combinan los más imaginativos escenarios y fantásticas criaturas con una pasmosa facilidad para desprenderse de la ropa que la rubia protagonista afronta con una ingenuidad de lo más sugerente y divertido, y que tiene un acabado formidable, con una línea clara y un blanco y negro con el que se consigue que la joven entre al espectador por los ojos con la misma facilidad que lo hace en la mencionada película.

Es importante hacer notar que estamos a principios de los pacifistas años sesenta, y por eso en la contraportada de este libro se recuerda el famosísimo lema hippie: “Haz el amor, y no la guerra”. La premisa fundamental de Barbarella es llevar este lema al límite.

Barbarella no enarbola banderas blancas, sino su propia desnudez, y el sexo, que en realidad nunca se llega a ver porque Forest lo esconde en divertidas elipsis, es vitalista, sin esquivar tendencias sado, aunque de forma disimulada.

Es bastante fácil entrar en el juego que propone Forest, es tan sencillo sentir al mismo tiempo la exuberante carnalidad de Barbarella y el brillante escenario de ciencia ficción que propone, que casi da la sensación de que hemos leído estas historias una y mil veces. Uno de los peligros del erotismo es que ha cambiado tanto en las décadas posteriores que siempre es una amenaza de caducidad para historias desarrolladas en un momento concreto, pero Forest consigue algo distinto. No es fácil explicar por qué, pero este erotismo, sabiendo cuándo nace, no se ha quedado atrás, no es rancio, y hasta lleva implícitas ciertas intenciones de liberación sexual femenina que encajan muy bien en estos tiempos en los que estas cuestiones siempre están sujetas a debate.

Un cómic erótico, y este lo es aunque le sirva de escenario la ciencia ficción, no sale adelante si visualmente no convence. Forest se inspira en Bardot, y eso presupone una voluptuosidad evidente desde el principio. Barbarella es una bomba sensual como tiene que ser, aunque los encuentros sexuales se omiten al lector con inteligencia y picardía. Todo el mundo adivina que se han producido e incluso cómo han acabado, pero se deja a la mirada que cada cual quiera aplicar a esta obra, para que sea la propia imaginación la que ayude a llevar a buen término la lectura. Es un cómic dirigido a lectores que disfrutan de esa ciencia ficción exótica e ingenua que abandera con tanta naturalidad. No todos los autores pueden presumir de haber creado un icono, y Forest es uno de los que sí lo pueden hacer. Los aficionados a la fantasía están en deuda con Barbarella, y muy especialmente, con Jean-Claude Forest, su creador.

Jean-Claude Forest (Le Perreux-sur-Seine, 1930-París, 1998) revolucionó el lenguaje del cómic entre los años sesenta y los setenta. Se inició como historietista durante sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios, a los diecinueve años, con una versión en viñetas de la conocida novela de Robert Louis Stevenson: La flecha negra: un relato de las Dos Rosas (1888). Poco tiempo después, se vuelca en la ilustración, especialmente en la relacionada con los relatos de ciencia ficción. Realiza entonces varias portadas para la revista Fiction y para Ediciones Hachette. El éxito le llega cuando comienza a colaborar con la revista seudoerótica V Magazine y crea la serie Barbarella, protagonizada por la última descendiente de una familia balcánica de chupadores de sangre, que vive en el planeta Lythion.

La próxima semana: Baños Pleamar (2022), de Isaac Sánchez, un cómic que plasma la infancia y la historia más personal del autor en el negocio familiar veraniego, entre paellas, mejillones y sangrías.

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