Huelva

La Fiscalía reclama 26 años de prisión por el asesinato machista de Cristina Marin en Lepe

  • El presunto asesino, expareja de la víctima, usó tanta violencia que llegó a usar y romper tres cuchillos distintos durante la agresión

Empleados funerarios sacan el cuerpo de Cristina Marin de la vivienda donde fue asesinada el 7 de julio del pasado año.

Empleados funerarios sacan el cuerpo de Cristina Marin de la vivienda donde fue asesinada el 7 de julio del pasado año. / Jordi Landero (Lepe)

El procedimiento que se sigue contra Laurentiu Daniel Vassi por el asesinato de su expareja, la joven Cristina Marin, en Lepe en julio del pasado año enfila su recta final hacia el juicio, que se celebrará por el procedimiento del tribunal del jurado en la Audiencia Provincial de Huelva.

Huelva Información ha tenido acceso en primicia al escrito de calificación de la Fiscalía onubense, por el que la acusación pública reclama para el procesado un total de 26 años de prisión por el asesinato y el quebrantamiento continuado de condena, diez menos que la asociación Clara Campoamor.

En el relato realizado por la fiscal del caso, Laura Huete, se indica que la relación entre Cristina y Laurentiu Daniel duró nueve años. Tuvieron dos hijas, que en el momento de los hechos contaban con cinco y tres años de edad, respectivamente.

A principios de 2018, la joven decidió separarse del acusado, si bien "continuaron conviviendo en el mismo domicilio" de la calle Méndez Núñez de Lepe hasta que Cristina denunció el 17 de junio de 2018 ante la Guardia Civil que el acusado, "después de que ella le comunicara que se iba a marchar con las niñas, le amenazó diciéndole: "Te voy a matar y después me voy a suicidar".

Detenido y procesado por este asunto, Vassi mostró su conformidad con los hechos. El Juzgado de Instrucción 3 de Ayamonte, especialista en asuntos de violencia machista, lo condenó el 18 de junio por un delito de amenazas de género, entre otras, a la pena de prohibición de aproximarse a Cristina, su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro sitio frecuentado por ella a una distancia inferior a 200 metros, o comunicarse con ella por cualquier medio durante dos años.

Ese mismo día "el acusado abandonó el que había sido hasta entonces el domicilio común, y donde siguió viviendo Cristina junto con sus dos hijas menores, así como con el hermano del acusado y la pareja de este". Pero Vassi, "mostrando un absoluto desprecio por la resolución judicial y sin aceptar la ruptura con Cristina y que ella pudiera retomar su vida sentimental junto con otra persona", siguió manteniendo contacto con ella.

Como ya avanzó en su momento este diario, entre el 30 de junio y el 7 de julio llegó a llamarla por teléfono 78 veces, "la mayoría de cero segundos de duración por no haber obtenido respuesta". El Ministerio Público recalca que también acudió a la casa "en múltiples ocasiones; entre otras, incluso, el día anterior a los hechos".

En la mañana del trágico 7 de julio, Laurentiu Daniel "decidió ir a casa de Cristina, llamándola a su teléfono móvil a las 6:42, llamada que ella no respondió". Acto seguido, se dirigió al domicilio donde su expareja dormía junto con sus dos hijas menores.

Marin le abrió la puerta y "sin que conste que se produjera ninguna discusión entre ambos, el acusado, con la firme voluntad de acabar con la vida de Cristina, de manera sorpresiva, la cogió por detrás y, con absoluta frialdad y desprecio hacia la vida humana, la atacó, propinándole múltiples navajazos, empleando para ello de manera sucesiva hasta tres cuchillos diferentes que fue cogiendo de la cocina".

Fue cambiando de arma "a medida que iba rompiéndolos al impactar sobre el cuerpo de la víctima". Estas fueron halladas quebradas por el mango cerca del cuerpo de la perjudicada. Tenía solo 24 años.

La joven sufrió 28 lesiones por arma blanca, la mayoría en los planos facial, cervical, torácico y dorsal

En el curso de la "cruel agresión", Vassi trató de aumentar el "dolor y sufrimiento" de la joven, dirigiendo sus acometidas "a las zonas cervical izquierda y del hemitórax izquierdo, ambas vitales, al mismo tiempo que le comprimía la boca con las manos, provocando que Cristina cayera al suelo". Allí continuó acuchillándola, "impidiendo con todo ello que la víctima pudiera reaccionar, defenderse o demandar cualquier tipo de ayuda". Sus pequeñas hijas estaban durmiendo en la habitación de al lado.

La autopsia determinó que Marin había sufrido 28 lesiones por arma blanca, 26 de las cuales se encontraban "en el plano facial y cervical, en el plano torácico anterior y lateral y en el plano dorsal de su cuerpo".

De estas heridas, todas producidas con la víctima en vida, los forenses destacaron cinco: una cortopunzante situada en el hemicuello izquierdo que le seccionó la yugular interna izquierda; otra punzante localizada en el pectoral izquierdo que le atravesó la pleura; la tercera monocortante superficial que penetró en hemitórax izquierdo, dañando pleuras, pulmón izquierdo, seccionando pericardio, cortando la arteria pulmonar y puncionando la aurícula izquierda; y dos lesiones cortopunzantes que atravesaron la pleura parietal posterior, lesionando planos musculares y seccionando la arteria subclavia izquierda.

Tras la comisión de los hechos, el acusado salió de la vivienda y se marchó a bordo de su Opel Astra. Fue detenido por la Guardia Civil al día siguiente, en el punto kilométrico 3,500 de la carretera HU-3401, cerca de Tariquejo. El juez lo mandó a prisión el 10 de julio. Dos días después fue examinado por los forenses, quienes determinaron que presentaba "dos lesiones con una data compatible con la fecha de los hechos en la palma de la mano derecha, una incisa superficial y una equimosis; y concluyeron que sus capacidades intelectivas y volitivas se encontraban íntegras".

Las menores fueron declaradas en desamparo por la Junta de Andalucía, hasta que el 10 de octubre de 2018 fueron entregadas a su tía en Rumanía

Por todo, la Fiscalía quiere que el jurado condene a Vassi a un año de prisión por un delito continuado de quebrantamiento de condena y otros 25 años por la autoría del asesinato, en el que concurren la circunstancia mixta de parentesco que actúa como agravante y la agravante de género. Esta pena conllevaría la privación de la patria potestad de las niñas y cinco años de libertad vigilada, "a cumplir con posterioridad a la pena de prisión".

Asimismo, a juicio de la acusación pública el procesado debe asumir las costas y pagar 459.036 euros de responsabilidad civil: 135.675 a cada una de sus dos hijas, 84.420 a cada uno de los padres de Cristina y 18.843 a la hermana de la víctima.

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