Fervor mariano en el mágico Cerro del Águila
La patrona de Puebla de Guzmán acorta su itinerario procesional por la lluvia
Numerosos devotos y vecinos de otras localidades acuden a la cita romera con la Reina del Andévalo

Huelva/último domingo del mes de abril en el Cerro del Águila, en Puebla de Guzmán. No es una jornada más en este hermoso pueblo del Andévalo. Es el día de la Virgen de la Peña, la patrona de la localidad, una fecha marcada en rojo en el calendario de todos los puebleños, que desde el 28 de abril y hasta mañana celebran en honor a su Virgen una de las romerías más antiguas de la provincia de Huelva, con un sabor popular, unas características y unos rituales que la hacen única. Y es que resulta sorprendente que en pleno siglo XXI haya tradiciones que se mantengan intactas con el paso de los años, como son las estampas que el visitante puede admirar en las inmediaciones del santuario de la Virgen de la Peña cada último fin de semana de abril.
El día amaneció frío, ventoso y gris, con algunos momentos en los que el sol, tímidamente, quería salir y hacer acto de presencia en el Cerro del Águila. A primeras horas de la mañana el olor a anís y a dulces caseros impregnaba este mágico enclave. Poco a poco, el santuario se llenaba de devotos que ocupaban sus bancos para participar en las dos eucaristías previas a la procesión de la Virgen de la Peña. Centenares de vecinos de la Puebla y de otras localidades limítrofes, así como de la cercana Portugal, eran algunos de ellos. A las 10:00 fue la primera de ellas, la de las hermandades, ya que además de la Hermandad Matriz de la Virgen de la Peña, de Puebla de Guzmán, participaron las filiales de Madrid y Huelva, fundadas en 1983 y 1991, respectivamente.
Antes de la solemne función religiosa, por los alrededores del santuario se vivieron algunas de las imágenes más peculiares de la romería puebleña, como es la danza de las Espadas, bailada a ritmo de gaita y tamboril por un grupo de hombres y jóvenes vestidos con camisolín blanco y crudo, pantalón negro, medias blancas, zapatillas negras, fajín rojo y banda azul o roja, así como un pañuelo en la cabeza de igual color a la banda. Todo ello, delante de las autoridades, el mayordomo y sus familiares. Nuevamente, con otra bella estampa identificativa, como es la presencia de varias mujeres puebleñas vestidas con el traje de gabacha, una indumentaria rica y elegante que se conserva en la localidad desde hace más de 500 años.
Poco antes de las 12:00 llegó la comitiva al santuario, donde el párroco e hijo de la localidad, Pedro Carrasco, ofició la solemne función religiosa, cantada de forma magistral por el coro de la Virgen de la Peña. Al término de la eucaristía se procedió a organizar la procesión de la patrona. A las 13:30 asomaba el paso de la Virgen de la Peña por el dintel del santuario, llevada por sus hijos y devotos. Este año fue una procesión breve, de apenas 20 minutos, pues la lluvia finalmente apareció durante la procesión, como también lo había hecho en la función religiosa.
Precedida por los danzadores y los Simpecados de las hermandades de la Virgen de la Peña, la patrona de Puebla de Guzmán sólo pudo recorrer la parte trasera de su ermita, pues a la altura de la Casa de Fondos comenzó a chispear, con lo que la comitiva aceleró su paso para la recogida y no se llevó a la Virgen a la Pisá del potro. Una vez en el santuario, los portadores, en rodillas, llevaron a su Virgen bajo numerosos vivas y fandangos dedicados con el corazón de aquellos que rezan de forma cantada a la patrona. Por último, tuvo lugar el besamanos.
El día culminó con una convivencia de los puebleños, tanto de los que viven en la localidad como de los que un día tuvieron que emigrar y que vuelven cada primavera a su pueblo. Como marca la tradición, la comida de pobres se realiza al término de la procesión para recordar la voluntad de aquellos mayordomos de siglos pasados que, conscientes de las necesidades que se vivían, ofrecían comida y bebida a las personas hambrientas. Y hoy, como signo de continuidad, los visitantes actuales pueden degustar un plato de caldereta, pan y vino.
El hermano mayor de la Hermandad Matriz de la Virgen de la Peña, Manuel Carrasco, comentó que "hace mucho tiempo se daba de comer a los pobres, se ponían los lienzos en el suelo y se le daba el vaso de vino y la caldereta típica de la zona", a un acto al que acudían pobres de todo el Andévalo. Por otro lado, recordó la importancia que tienen algunos de los aspectos más identificativos de la romería, como la indumentaria, las caballerías, los horarios y la hospitalidad. Además, destacó que ayer era el día más grande "en el tema religioso".
Por su parte, el alcalde de la localidad, Antonio Beltrán, resaltó que el principal aliciente de esta romería es "poder convivir, poder compartir y poder mostrar la devoción a la Virgen de la Peña". Asimismo, destacó algunos de sus rasgos típicos, como las caballerías, "una imagen visual muy particular", pero que "este año se ha visto afectada por la lluvia".
Así las cosas, con los buenos momentos de hermandad entre puebleños y visitantes terminó el día de la Virgen de la Peña. Pero aún quedan dos jornadas para que los romeros puedan venerar en el Cerro del Águila a su centenaria patrona coronada.
Los actos romeros de La Peña continúan hoy y mañana
Tras el breve recorrido procesional de la jornada de ayer, hoy nuevamente volverá a salir la Virgen de la Peña por el Cerro del Águila. A las 13:00 comenzará la eucaristía, tras lo cual procesionará la patrona de Puebla de Guzmán por los alrededores del santuario, portada esta vez por mujeres. Asimismo, se realizará la tradicional comida de pobres. Finalmente, a las 19:00 será la bajada de la caballería con el mayordomo, presidida por la hermandad. Una vez en Puebla de Guzmán, se hará un recorrido por las calles de la localidad. Mañana, último día de la romería, será también una jornada intensa para los devotos de la Virgen de la Peña. A las 15:00 será la recogida del mayordomo por la hermandad, con un recorrido por las calles de la localidad, y a continuación será la subida del pendón al santuario mariano. A la llegada de la caballería a este enclave, el párroco de la localidad, Pedro Carrasco, realizará el Sermón de Súplicas, durante el cual se hará entrega del pendón a la Virgen y se pedirá que los nuevos mayordomos se hagan cargo de él. Así finalizará la romería de la Virgen de la Peña, con la bajada de la caballería con los nuevos mayordomos, que harán un recorrido por las calles de Puebla de Guzmán, tras cuatro días de festejos.
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