Huelva

Dolorosa despedida al pequeño Francisco Jesús en La Hispanidad

  • Cientos de onubenses dan el último adiós a la tercera víctima del fuego de Salvador Rueda

  • El funeral finaliza con una sentida ovación para dar ánimo a supervivientes y allegados

El padre Bernal diciendo unas palabras ante el ataúd del bebé de La Hispanidad, mientras Patricia sostiene por el brazo al abuelo del niño, Paco Palma.

El padre Bernal diciendo unas palabras ante el ataúd del bebé de La Hispanidad, mientras Patricia sostiene por el brazo al abuelo del niño, Paco Palma. / Josué Correa (Huelva)

No se recordaba una jornada tan triste en Huelva desde el entierro de Mari Luz Cortés, allá por marzo de 2008. Incluso la atmósfera de la ciudad se asemejaba ayer a la de aquel día, con el cielo encapotado y una densa niebla que impregnaba de humedad el aire en la plaza de los Descubridores de La Hispanidad.

Ante la parroquia del barrio se empezaban a arremolinar los primeros vecinos y familiares de las víctimas del incendio de la calle Salvador Rueda, dispuestos a asistir al funeral por Francisco Jesús, el bebé de 25 días que se ha convertido en la tercera víctima mortal de la tragedia del barrio.

“Loli va poco a poco a mejor, tragó mucho humo y tiene un pulmón fatal; pero cuando se entere de esto yo no sé qué va a ser de ella”, comentaba una mujer a otras en uno de los corrillos, refiriéndose a la abuela del recién nacido y madre de los dos fallecidos el día 7 de enero, Noelia y Jesús Manuel Palma.

A las 11:40 empezaron a sonar las campanas y se abrieron de par en par las puertas del templo de Nuestra Señora del Pilar. La gente se abrazaba. Han sentido la tragedia como algo propio.

Una decena de voluntarios de Cruz Roja acompañaba a los supervivientes del suceso al interior de la iglesia, ubicándolos en los bancos centrales.

Pasados tres minutos de las 11:00, el coche fúnebre con los restos mortales del pequeño se colocó frente a la parroquia. Cuando se abrió el portalón trasero a los presentes se les cortó la respiración: el minúsculo ataúd de color blanco daba una idea de la envergadura del drama. “¡Por dios, qué pena!”, exclamaban unos; “esto es muy fuerte”, señalaban otros mientras una tía abuela del niño, hermana de Loli Bravo, rompía en llanto y buscaba consuelo en los brazos de otros seres queridos. Un chico joven, familiar de los difuntos, fue el encargado de llevar el ataúd ante el altar.

El párroco del Pilar, Teodoro Bernal, ofició la misa córpore insepulto. “Estamos una vez más en esta iglesia, donde hace pocos días despedimos a la mamá y al tío de Francisco Jesús”, recordaba el sacerdote.

El aire en el templo olía a flores frescas y era gélido. Pero decenas de personas quisieron asistir al sepelio para dar calor a los damnificados. “Todos sentimos una profunda tristeza por la muerte de este niño; concede, Dios, fuerza a los que lo lloran”, prosiguió el cura, quien habló de los “limpios de corazón” e invitó a los presentes a mantener viva “la inocencia” de cuando eran niños para hacer de este un mundo mejor.

Un joven lleva el ataúd al interior del templo para el sepelio de La Hispanidad. Un joven lleva el ataúd al interior del templo para el sepelio de La Hispanidad.

Un joven lleva el ataúd al interior del templo para el sepelio de La Hispanidad. / Josué Correa (Huelva)

Bernal subrayó que a Francisco Jesús “ya no lo veremos ir al colegio ni jugar en el parque Moret ni bañarse en las playas de Huelva”, palabras que encogieron el corazón a todos. “Hay que dar gracias a Dios y a tanta gente, cientos y cientos de personas, que se han identificado con esta familia y han hecho suyo vuestro sufrimiento”, continuó el párroco.

El padre Teodoro apeló a “no perder la humanidad en este mundo nuestro de guerras y divisiones”, a “sembrar vida” ante la falta “de ternura, de compasíón, de misericordia y caridad”.

Pero en este punto evidenció la inmensa solidaridad que Huelva ha demostrado en los últimos días con los que lo han perdido todo. “No estáis solos, vuestro niño tiene ahora miles y miles de padres y madres; os queremos, esperamos que esto os ayude a seguir adelante y a saber que hay mucha gente buena”.

La hermana de Loli Bravo busca consuelo en una familiar. La hermana de Loli Bravo busca consuelo en una familiar.

La hermana de Loli Bravo busca consuelo en una familiar. / Josué Correa (Huelva)

El abuelo del menor, Paco Palma, tuvo que ser atendido in situ por un voluntario de Cruz Roja, que le tomó la tensión para tenérsela controlada. Su única hija superviviente, Patricia, no le quitaba ojo y lo acariciaba constantemente mientras Óscar, el padre del recién nacido y novio de la también desaparecida Noelia, enfocaba al suelo con la mirada perdida.

Durante la paz la gente aprovechó para acercase a los perjudicados y el Ave María de Schubert sonó durante la comunión. “El obispo de Huelva, monseñor José Vilaplana, me ha pedido que os transmita el pésame”, apostilló el párroco, quien remató pidiendo un aplauso a todos los presentes “para este niño y esta familia”, una ovación sentida y emocionante.

De nuevo un allegado depositó la pequeña caja blanca con los restos del bebé en el coche de la funeraria. Paco se sostenía de pie a duras penas ante él cuando el cura lo bendijo. Su hija lo agarraba del brazo. Muchos eran los que se secaban las lágrimas en la despedida más dolorosa de los últimos años en la capital.

La familia se trasladó desde el epicentro de La Hispanidad hasta el cementerio de La Soledad, donde el cuerpo de Francisco Jesús ya descansa junto a su madre y su tío Jesús Manuel, de 24 y 15 años, respectivamente.

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