Huelva

Así eran Daniel, Sara y Andrea, los tres estudiantes fallecidos en el terrible incendio de Huelva

Compañeros y profesores de los estudiantes de Trabajo Social guardan un minuto de silencio en memoria de sus compañeros fallecidos en el incendio, en imágenes

Compañeros y profesores de los estudiantes de Trabajo Social guardan un minuto de silencio en memoria de sus compañeros fallecidos en el incendio, en imágenes / Alberto Domínguez (Huelva)

En la Universidad de Huelva ya nada será la mismo después del terrible suceso que ha terminado con la vida de Daniel Romero, de Lebrija; Sara Montero, de Valverde de Leganés (Badajoz) y Andrea Mejías (de Huelva). Los tres estudiantes, de entre 20 y 22 años, cursaban primero de Trabajo Social. Él en el turno de tarde y ellas en el de mañana.

Acababan de terminar su primera época de exámenes y lo estaban celebrando. El pasado lunes por la mañana, de hecho, Pilar Blanco, decana de la Facultad, los examinaba de Política Social y Estado del Bienestar, tal y como relató a este diario. Por la tarde, junto a otros compañeros (eran unos 10 en total) salieron a divertirse y a pasarlo bien por la capital. Estuvieron en la terraza del restaurante La Cantina del Puerto, en la ría de Huelva, compartiendo los buenos momentos a través de sus redes sociales. Nadie imaginaría que horas después la historia se tornaría del color más negro posible dibujando un triste final que todavía muchos se niegan a creer. Al caer la noche la pandilla se fue al piso de estudiantes en el que vivían tres de ellos -ninguna de las víctimas residía allí- y allí continuaron la fiesta hasta caer dormidos. A las 7:45, todo "explotaba". Las llamas y el humo procedentes del número 10 de la calle Villanueva de los Castillejos alertaban del que será, sin duda, uno de los días más trágicos de la historia para la comunidad universitaria y para la sociedad onubense en general.

Los tres alumnos fallecidos este martes en el terrible incendio eran "tres buenos estudiantes con una clara vocación social", según confirman algunos de sus profesores. Daniel, cuentan, era el mejor estudiante de la clase, "un tipo listo que sobresalía del resto". Quería ser bombero pero estaba estudiando Trabajo Social y "estaba encantado". Además de un buen alumno, era un gran compañero. Jugaba en la Unión Balompédica Lebrijana desde que era pequeño. Toda la vida ligado a un club cuya ficha tuvo que dejar hace unos meses para emprender su carrera en la Onubense. Sin embargo, nunca se desligó del equipo. Entrenaba cada viernes y jugaba los partidos los fines de semana. "Daniel era un chaval compañero a más no poder. Un chico con una sonrisa siempre pintada en la cara", cuenta a este periódico un miembro del club lebrijano. "Siempre quería ayudar a los demás. Era una persona buena de verdad y muy deportista. El club está completamente roto tras lo ocurrido", relata el presidente tras despedirse del joven en la misa de su funeral. Ahora la Unión Balompédica Lebrijana guardará un minuto de silencio en todos los partidos en honor a su eterno compañero.

Tampoco nadie se olvidará de Andrea. Una onubense cariñosa, a la que todos recuerdan siempre con palabras amables. "Era una persona muy feliz, alegre y amiga de sus amigos". Desde su círculo cercano cuentan de ella que el pasado año comenzó a estudiar Relaciones Laborales, pero como no le gustaba, decidió cambiarse al grado de Trabajo Social y hacer así la misma carrera que su madre y su abuela. El día que estaba celebrando el fin de exámenes, Andrea se fotografió en redes sociales junto a Sara, otra de sus compañeras, fallecida también en el trágico incendio. Sara era de Valverde de Leganés (Badajoz). El próximo 11 de febrero habría cumplido 23 años. "Sara era una joven comprometida. Pertenecía a Juventudes Socialistas. Su trágico fallecimiento ha causado una enorme consternación en su pueblo, Valverde de Leganés, donde vive su familia. Su madre es trabajadora en el Ayuntamiento de Olivenza, y su padre, albañil de profesión, juega en el equipo de fútbol del Racing Valverdeño", recogen en La Crónica de Badajoz.

Este miércoles, familia, amigos, compañeros de estudios, profesores e instituciones han dado el último adiós a tres jóvenes estudiantes cuyo recuerdo quedará vivo en cada resquicio de la Onubense para la posteridad.

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