Cuenta atrás para la independencia

Carles Puigdemont, el sucesor de Artur Mas al frente de la Generalitat de Cataluña y hasta ayer alcalde de Gerona, hizo suyo en el discurso de investidura el proyecto independentista del anterior presidente con el objetivo de relanzarlo. Puigdemont obtuvo 70 votos a favor, 63 en contra y dos abstenciones en la primera votación apenas dos horas antes de que se cumpliera el plazo límite para convocar nuevas elecciones. Fueron necesarios los votos de ocho diputados de la CUP, anunciados de forma sorpresiva el pasado sábado tras apartar a Mas, y a los que Puigdemont recompensó con el compromiso de un programa de ruptura con España en un plazo de 18 meses.

En su discurso el nuevo presidente presentó un programa calcado al de Artur Mas, que incluye "estructuras de Estado" como aduanas, un Banco Central de Cataluña o una hacienda y seguridad social propias, así como un proceso participativo para articular una "Constitución catalana".

Su norte es culminar el proceso hacia la independencia y, en este sentido, aseveró que cumplirá con los pasos que fija la declaración rupturista del pasado 9 de noviembre aprobada en el Parlamento con los votos de JxSí y la CUP.

El presidente advirtió que los meses que vienen "no serán fáciles ni cómodos" ni aptos "para cobardes" y apostó por desarrollar muchos de los puntos de la declaración independentista que el mes pasado anuló el Tribunal Constitucional. Aseguró que será el presidente de la "postautonomía y de la preindependencia".

Puigdemont prometió iniciar de forma inminente el proceso participativo para que los ciudadanos hagan aportaciones a una futura "constitución catalana", como fase previa a su tramitación en el Parlamento catalán.

Impulsará, asimismo, el diseño definitivo de las denominadas "estructuras de Estado", entre las que destacó como prioridad la "Agencia Catalana de la Seguridad Social", desde la que "se articularán las políticas sociales del futuro Estado catalán", así como la "hacienda propia", "un Banco Central de Cataluña" e incluso "aduanas". Otra de las prioridades, dijo Puigdemont, será la tramitación en el Parlament de la ley de proceso constituyente, que permitiría impulsar la futura constitución en la Cámara.

Ante las críticas de los partidos de la oposición, Puigdemont aseguró en la réplica que no situará al Parlamento catalán ni a las instituciones catalanas "fuera de la ley" y aseveró que gobernará para el conjunto de los catalanes, ante lo que reclamó la colaboración de los grupos de la Cámara. No obstante, Puigdemont hizo estas aseveraciones sin concretar si sus afirmaciones incluían también a las leyes estatales o, como ha insinuado con sus apelaciones independentistas, sólo a las leyes que emanen del Parlamento catalán.

El candidato a presidente respondió a la líder de C's en el Parlamento catalán, Inés Arrimadas, que el tuit que hizo tiempo atrás sobre "expulsar a los invasores" era una cita del periodista gerundense Carles Rahola, ejecutado por el franquismo, que instaba a echar el fascismo. "Y este tipo de invasores y la garra del fascismo sobre nuestras vidas no la queremos nunca", sentenció Puigdemont, levantando los aplausos de JxSí, CUP y Catalunya Sí que Es Pot.

Otro de los momentos tensos del debate se produjo al final, cuando la presidenta de la Cámara, Carmen Forcadell, afirmó que la investidura de Puigdemont será comunicada a Su Majestad el Rey. Entonces se oyeron algunos silbidos desde la tribuna de invitados.

Las primeras palabras de Puigdemont como presidente catalán fueron para agradecer el apoyo recibido y para clamar el lema independentista Visca Catalunya lliure (Viva Cataluña libre), antes de que sonara Els Segadors, himno de Cataluña.

Puigdemont se quedó en el hemiciclo para saludar al resto de diputados que iban marchando y, ya con la sala vacía de parlamentarios, posó para los fotógrafos encajando manos con Artur Mas, con el que antes se fundió en un largo abrazo, para luego repetir instantáneas acompañados de sus respectivas mujeres, Helena Rakosnik y Marcela Topor.