Coronavirus Huelva: Un año del Doctor Burro

El proyecto de la Asociación Burrito Feliz permite la recuperación emocional de los profesionales que luchan en primera línea contra la pandemia de Covid-19

El Burrito Feliz: ocho años de servicio solidario

La burrita Leonor con las voluntarias de la asociación El Burrito Feliz.
La burrita Leonor con las voluntarias de la asociación El Burrito Feliz. / B. F.

Huelva/Cuando la Asociación El Burrito Feliz comenzó hace un año, en plena pandemia, un programa de asistencia emocional al personal sanitario que se encontraba agotado por su lucha diaria contra el Covid-19 nunca pudo imaginar la repercusión internacional de su proyecto. Una iniciativa innovadora que sigue muy viva.

La técnica denominada coaching con animales, consiste en recibir a médicos, enfermeras y cualquier personal del ámbito sanitario, en pleno bosque del entorno de Doñana, ofrecerles unas horas de relax y fortalecimiento emocional con el apoyo de los asnos del Burrito Feliz.

Rápidamente, y ante el éxito de una iniciativa que corrió “de boca en boca, entre los trabajadores hospitalarios”, hasta convertirse en una noticia de primer orden a nivel internacional. Las imágenes del burro terapeuta Magallanes dejándose abrazar por enfermeras pudieron ser comentada en lugares tan dispares como Australia o la India gracias a la globalización y las redes sociales.

De esta forma, España lanzó al exterior una imagen positiva de que en el país alguien se preocupaba realmente, de recuperar anímicamente a sus sanitarios con un proyecto denominado Doctor Burro.

Durante 2021 acudieron 48 sanitarios para recibir las atenciones de tan insigne doctor. De ellos, 16 no eran andaluces y la mayoría de estos acudían desde Madrid atraídos por el boca a boca. La mayoría de los profesionales que recibieron terapia animal llegaron de Huelva y Sevilla. La visita más sorprendente fue la de la enfermera ucraniana Olena Yurchenko desde Granada, donde reside. Su idea era estar entre los burritos en el entorno de Doñana: “Sus miradas son casi humanas y es una experiencia muy entrañable, reconfortante y, más que, recomendable”.

Lo más significativo ha sido el impacto mediático, internacional, de esta iniciativa nacida en Huelva. Las principales agencias han enviadocorresponsales y el proyecto Doctor Burro ha sido visualizado en prensa y televisiones de países tan diversos como Australia o Singapur.

Paradójicamente ninguna institución política andaluza se ha interesado, aún, por esta iniciativa. “Aunque en El Burrito Feliz no nos desanimamos y seguiremos intentando involucrar a las administraciones”, señalan en la asociación.

El prestigioso dibujante gráfico suizo Ramses Morales colaborador de diarios como donó a la Asociación un dibujo que se ha convertido en imagen del proyecto de apoyo a los sanitarios. Durante la terapia, los pacientes también realizan baños de bosque y todos abrazaban al emblemático pino Manolo, un veterano árbolque los que practican árbol terapia definen como una fuente de sensaciones positivas. También preparan biberones para los pequeños corderitos que corretean por las instalaciones.

Han pasado 12 meses y continúa la presión hospitalaria con lo cual Magallanes y las burritas recién incorporadas Lluvia y Leonor siguen, jornada tras jornada, ofreciendo su cariño y simpatía en los bosques de Hinojos-Huelva.

La historia de la burrita Leonor es realmente conmovedora. Llegó a El Burrito Feliz tras fallecer el niño al que ofrecía terapia. Ahora esta burrita bautizada con este nombre, en homenaje a la princesa Leonor, esta demostrando que el espíritu que demostró cuidando de su pequeño paciente y por ello seguirá permanentemente con otros seres humanos que también la necesitan.

La programación, validada por María Jesús Arque, una prestigiosa psicóloga clínica especializada en trastornos de ansiedad y estrés, consiste en terapia y abrazos con los burros del proyecto, paseo en compañía del asno por el bosque y, por último, interacción con el resto de los animales del centro de asistencia.

La duración de la terapia oscila entre dos y tres horas y, en palabras de los participantes, supone “una recarga de pilas para seguir peleando contra el Covid-19”. Este es un proyecto solidario, asumido económicamente por los miembros de El Burrito Feliz, aunque han solicitado la ayuda de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. “Realmente nuestro agotamiento económico y de recursos es tremendo pero nos negamos a dejar a ni un solo sanitario que lo necesite sin apoyo”, comenta Cristina Mariño, coordinadora del proyecto Doctor Burro.

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