Desde ayer y hasta el próximo 31 de agosto, entró en vigor la jornada intensiva en el sector de la construcción de toda la provincia y que afecta a todas las obras públicas y privadas. Se trata de jornadas de siete horas diarias y que fue calificada por Luciano Gómez, responsable de industria de UGT Huelva como un “aviso a navegantes”, ya que “no puede ser considerada por los empresarios como la una medida de beneficio social, sino que es una medida incluida en el Convenio, en cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, y por tanto no está sujeta a la cláusula de descuelgue, como algunos empresarios pretenden”.

Esta jornada intensiva tiene el objetivo de evitar los accidentes por estrés térmico o los golpes de calor a los que están expuestos los trabajadores del sector, ya sea que lo hagan en el exterior, como en el interior de los edificios no climatizados.

El año pasado fue “particularmente duro y costó el incumplimiento de la jornada 11 denuncias en la Inspección de Trabajo contra determinadas empresas que se mueven en la obra pública, quienes con amenazas de despido obligaban a trabajar, incumpliéndose lo acordado en materia de jornada intensiva”.Asimismo, explicó Gómez “se tuvo que hacer frente a una operación que dio la impresión de ser una estrategia concertada entre los empresarios para descolgarse del Convenio tratándose con ello de incumplir lo pactado en materia de prevención de riesgos laborales y los efectos positivos que sobre los accidentes por golpe de calor tiene la Jornada intensiva”.

Desde UGT-FICA se adelantó que “vamos a montar un dispositivo de vigilancia, en el que vamos a involucrar a los más de 1.740 delegados que tenemos en todos los sectores y a lo largo de toda la provincia, para que nos reporten, allí donde vean que se está trabajando por la tarde y se incumple el convenio en materia de jornada. Además se pondrá en marcha un dispositivo de vigilancia móvil, a pie de tajo”.