El Colegio Virgen de Belén, ejemplo de solidaridad

Hay gente que realiza una labor silenciosa pero no por ello menos importante. Sin ruidos pero con una enorme constancia, el Colegio Virgen de Belén lleva a cabo una labor docente y social de primer nivel. Lo profesional se vincula con lo vocacional consiguiendo una amalgama de buen hacer que sin duda tendrá sus frutos en el futuro.

Alimento para la mente pero también para el estómago. Ese podría ser uno de los lemas que ponen en práctica los profesionales de este colegio de la Barriada de la Navidad que atiende a un total de 240 chavales. De éstos, un centenar de niños de entre 3 y 12 años acude al comedor escolar lo que soluciona en buena manera las dificultades económicas que sufren muchas familias de la zona.

Aunque el colegio está concertado con la Junta de Andalucía, ese concierto no cubre el comedor. Para atender a ese centenar de chavales, el Virgen de Belén ha de recurrir a la ayuda de instituciones y particulares que adquieren su compromiso con esta obra social de primer orden. La directora del centro, Antonia González, explicó que se pretende que la dieta de los niños sea completa de manera que también se cuenta con la colaboración de Cruz Roja que colabora con el comedor en el almuerzo y la merienda.

La directora del Virgen de Belén, cuya titularidad es de las Hermanas del Sagrado Corazón, comentó que el precio del menú, que debería ser de 4,5 euros, se pone a un precio de 2 para un niño individual, 1,5 si se trata de dos hermanos y un euro si son más de dos. Para que ningún niño se quede sin su comida diaria, las Hermanas de la Cruz también colaboran siempre que pueden, para contribuir con un euro en aquellos niños que ni siquiera pueden pagar eso. Junto a ello, el colegio dispone de un transporte que recoge a los chavales que viven en la zonas más lejanas como son Marismas del Odiel y Cardeñas. El presupuesto para la labor tanto del comedor como del transporte escolar asciende a 70.000 euros anuales que no reciben ningún tipo de apoyo de la Administración. Pese a ello, la obra sigue adelante por todos aquellos que sienten de alguna manera como algo propio, lo que se hace en este centro escolar.

El compromiso de los maestros con los niños va mucho más allá de lo estrictamente docente. "Los profesores están repartidos por grupos que, un día por semana, atienden el comedor en el que no realizan solo labores de vigilancia sino que enseñan a los niños cómo comer, las medidas de higiene que hay que tener en cuenta... Después, cuando llegan las 15:30 y hasta las 17:00, se desarrollan todos los días salvo los viernes, talleres. Aquí también se cuenta con la colaboración de Cruz Roja. En esos talleres hay lugar para teatro, informática y refuerzo escolar entre otras actividades. Con Cruz Roja también se realiza el Programa Éxito Escolar que profundiza en ese refuerzo escolar.

Y cuando llega el verano y por lo tanto la conclusión del curso, los chavales no quedan desatendidos. Es el momento en que Cruz Roja pone en marcha su campamento en el que la parte nutricional también queda garantizada.