Foro Gerardo Rojas

Calidad del aire en Huelva: Los datos frente al mantra

Antonio Lozano García ofreció una charla coloquio en el marco del Foro Gerardo Rojas.

Antonio Lozano García ofreció una charla coloquio en el marco del Foro Gerardo Rojas. / Alberto Domínguez

Huelva apesta. En Huelva no se puede respirar. Huelva está contaminada… Es un runrún familiar, un mantra que suena y suena en la ciudad desde hace años y que, como todo runrún, a base de repetirlo termina formando parte de quien lo escucha como si se tratara de una realidad irrefutable. El traqueteo es tal, el ruido es tan continuo y tan potente que a veces es imposible percibir otros sonidos, e incluso hay quien ni siquiera quiere escucharlos, pero ahí están. Son otras voces, muchas, que con los datos en la mano dicen que la realidad, que es tozuda como ninguna otra cosa en el mundo, dice una cosa muy diferente a la que resuena. Ni Huelva apesta (o al menos no más que otras, y según en qué circunstancias), ni está contaminada. Evidentemente (todos los onubenses son testigos de ello cada segundo de cada día) sí que se puede respirar, y además un aire de buena calidad. Medido de forma continuada con herramientas de última tecnología, con datos públicos y de libre acceso. Transparentes. Para todos. Una red de vigilancia gestionada por expertos como Antonio Lozano García, jefe del Área de Control Ambiental de la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, que fue el protagonista en el regreso, dos años después, del Foro Gerardo Rojas organizado por Huelva Información y la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva (Aiqbe), y que tuvo en esta edición un recuerdo y una dedicatoria muy especiales para la directora del periódico, Ana Vives Casas.

Últimamente se le dice ‘experto’ a cualquiera, pero este no es el caso. Antonio Lozano lo es de verdad: doctor Ingeniero Industrial por la Universidad de Sevilla, Máster en Gestión de Sistemas de Información Geográfica y Experto Universitario en Métodos Avanzados de Estadística Aplicada, trabaja desde 1999 en la actual Agencia de Medio Ambiente y Agua en materia de calidad ambiental y quiso que en esta ocasión el Foro Gerardo Rojas fuera algo así como una escuela ofreciendo una charla divulgativa y amena acerca de qué se mide y cómo cuando se trata de evaluar la calidad de aire en Huelva y de cuáles son los principales resultados de estas mediciones, que no son nada malos y que rompen con el famoso mantra que pulula unas líneas arriba: el aire de Huelva no está contaminado.

No hay mejor forma de comenzar que desde el principio: los valores legales para la protección de la salud humana están establecidos por la Unión Europa. En otras palabras, “toda Europa mide igual y establece cuál es el aprobado de la calidad del aire para todos”, como aclara Antonio Lozano, lo que evita, o mejor dicho permite, establecer comparaciones bajo los mismos tipos de datos y los mismos límites usando los mismos métodos. Estos valores son distintos por cada contaminante analizado y se establecen mediante un valor límite en un periodo determinado (una hora, un día… dependiendo de qué contaminante se trate) que puede superarse solo un número determinado de veces cada año. Por ejemplo, para el dióxido de nitrógeno (NO2), el valor máximo en una hora es de de 200 µg/m3 (µg/mg significa ‘microgramos por metro cúbico’) y solo se podrá superar, como máximo, 18 veces al año. Estos límites son los que se tienen en cuenta para evaluar anualmente la calidad del aire en cada zona concreta, que no tienen por qué ser una ciudad o un municipio en concreto, sino que se agrupan en función de determinadas características comunes de calidad del aire. En el caso de Huelva, se trata de la Zona Industrial, que agrupa a ocho municipios (además de la capital, Moguer, Aljaraque, Punta Umbría, Gibraleón, Palos de la Frontera, San Juan del Puerto y Niebla).

La Red de Vigilancia ambiental de Huelva es “una de las más avanzadas y extensas de Andalucía”, asegura Lozano. Está dotada de “complejos sistemas que aseguran la calidad de los datos que trata” durante las 24 horas del día en catorce estaciones fijas, seis de ellas situadas en la capital. Además, cuenta con uno de los dos únicos laboratorios de Referencia en materia de calidad del aire existentes en España y es pionera en la realización de avanzados sistemas de determinación espacial de la contaminación. Estas 14 estaciones, que se encuentran situadas de forma estratégica en aquellas zonas con mayor concentración de contaminantes, envían la información recogida, en intervalos de diez minutos, al Centro de Datos de Calidad Ambiental de la Junta de Andalucía. Estos datos, además, son totalmente transparentes: cada hora se reflejan los valores máximos en los paneles públicos de información disponibles en las propias estaciones y en algunas zonas de la ciudad, y diariamente son accesibles a cualquier ciudadano gracias a los informes publicados en la web de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible, que realiza además otro informe mensual y uno anual.

Partiendo de los datos de esta Red de Vigilancia, y escogiendo además “no una media, sino el peor de los datos obtenidos”, la situación de la zona industrial de Huelva queda meridianamente clara: “Huelva cumple con todos los parámetros legislados en materia de la calidad del aire”. Y no solo cumple, sino que en la mayor parte de los casos ni siquiera se acerca a los límites máximos. En el caso de NO2, desde el año 2007 solo se han llegado a producir dos superaciones del máximo diario (en 2009 y en 2013, y en ambos casos muy lejos de las 18 horas al año con valor superior a 200 µg/m3 permitidas), y desde el año 2014 no ha ocurrido ninguna vez. Cero. Lo mismo que en dióxido de carbono (CO2): “los valores nunca se han superado en toda la serie histórica” y prácticamente igual con el dióxido de azufre (SO2). Desde el año 2013 no se ha producido ningún episodio, y antes únicamente tres (desde 2007, de nuevo, a mucha distancia del máximo permitido de 24 horas al año con valor superior a 350 µg/m3). Hace más de trece años que tampoco se supera el límite anual permitido por la Unión Europea en el caso de las partículas PM10, y para la concentración de metales en el aire tan solo un episodio de superación de los niveles de arsénico en 2007 mancha una trayectoria de casi tres lustros en los que la calidad del aire medido en las estaciones de Huelva no ha pasado nunca del 25% del máximo autorizado en la legislación en ninguno de los componentes medidos en las estaciones, ninguno salvo el ozono, que este año ha sido el único en que no se han sobrepasado, pero eso es otra historia, ya que, como aclara Lozano, “nadie emite ozono”, sino que “depende de muchos factores”. Es un contaminante “extraordinariamente complejo”, un contaminante secundario difícil de reducir porque depende de los denominados precursores: una amalgama de circunstancias, entre las que se incluyen la presencia de otros contaminantes o las situaciones de origen climático. Exceptuando el ozono, aproximadamente Huelva está al 50% de los niveles que tenía en el año 2007, lo cual demuestra “una mejora sustancial en todos los parámetros”.

¿Ha tenido algo que decir la industria en esta mejora progresiva de la calidad del aire? Antonio Lozano García asegura que sí. Comparando la evolución, en el periodo 2007-2020, de los contaminantes medidos en las estaciones con los aportados por los sistemas de control de emisiones, que existen y son muchos (sensores de chimenea, inventarios de emisiones, análisis de fuentes…) queda de manifiesto cómo se ha reflejado el descenso continuado de las emisiones industriales a lo largo de los años con la mejora de la calidad del aire en Huelva.

Pionera, extensa y apoyada por una avanzada tecnología, la Red de Vigilancia afronta ahora el siguiente paso, el próximo reto: establecer los modelos que permitan que los ciudadanos sepan con antelación en qué condiciones estará el aire que van a respirar. No es ciencia ficción: ya están en ello.

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