A los positivos signos de reactivación económica registrados en distintos ámbitos de la provincia de Huelva, ayer se añadió uno más con la presentación de los resultados de Caja Rural del Sur, primera entidad financiera de la provincia que en líneas generales apunta a una consolidación de su volumen de negocio, los clientes, beneficios y reservas, todo ello en un contexto de aumento de las provisiones para hacer frente a la pandemia, a las que han destinado 47,2 millones para paliar sus efectos a los que hay que añadir otros 38,1 millones para el refuerzo de sus reservas.

Con todo ello, la entidad presidida por José Luis García-Palacios y dirigida por Guillermo Téllez, consiguió un resultado de 42,1 millones de euros después de impuestos y de destinar al Fondo de Educación y Promoción la parte correspondiente y que en las cooperativas de crédito se registra como gasto. Estos números consolidan el ratio de solvencia de la entidad financiera que creció hasta el 20,36%, sobradamente por encima de los requisitos marcados por las autoridades monetarias y que les supuso la ratificación por parte de la agencia Fitch de su calificación crediticia de BBB+, lo que les llevó a estar entre las tres primeras entidades de todo el sistema bancario español.

Esta solvencia refleja unos fuertes coeficientes de capital y la mejora de la calidad de los activos lo que le proporciona un margen suficiente para absorber un posible deterioro de la situación económica derivada de la crisis de la covid.

Más determinante todavía son los registros en el número de clientes que llegaron a los 871.931 entre cooperativas, empresas y familias. Al mismo tiempo la entidad financiera cuenta en la actualidad con 141.358 socios.

Imagen de la asamblea de la entidad financiera en una imagen de archivo.

Uno de los principales factores que, a juicio de la entidad, permitió la consolidación de estos resultados fue la contención de los gastos de explotación, que se redujeron en un 6,5%. Así, el crecimiento en todos los márgenes es general, toda vez que se añadió al incremento de los ingresos recurrentes a lo largo del año. El volumen de negocio consolidado al final de año ascendió a 12.607 millones de euros, lo que supuso un aumento del 10,9%, de los que 6.434 millones de euros corresponden a los depósitos, que también crecieron un 9,5% respecto al año anterior. A todo ello, se asuma el aumento de un 15,7% en la inversión crediticia hasta llegar a los 727 millones de euros.

La valoración de los responsables de la entidad a estos números, no pudo ser sino de “muy positivos, ya que muestran una sólida evolución de la actividad centrada en una gestión permanente para mejorar la eficacia, así como un fuerte compromiso con el respaldo financiero al tejido empresarial y a las familias afectadas por las consecuencias de la pandemia”.

Pese a todo ello, la entidad consiguió mantener la tasa de cobertura de la morosidad que se situó en un 198% a nivel individual y en un 135% a nivel consolidado, con lo que el crecimiento en 24 puntos respecto al año anterior, le permite estar muy por encima de la media nacional que se sitúa en el sector en un 74%. También son destacables los esfuerzos llevados a cabo por uno d los principales lastres de todo el sector financiero nacional, como es la recuperación de activos improductivos, con una reducción de los mismos del 5% en la cartera de estos saldos. Con todo ello, el ratio de morosidad se queda a 1,2 puntos de la media del sector.

Los niveles de liquidez situaron el LCR (ratio de cobertura de liquidez) en el 268,8%, mientras que el ratio de eficiencia consolidado, del 52,6%, representó una mejora de casi 8 puntos con respecto al año anterior, fruto de un crecimiento del margen de explotación del 34% a nivel consolidado, con respecto al año anterior, situándose en 87 millones de euros a nivel consolidado (89 millones de euros a nivel individual), sin tener en cuenta las aportaciones al Fondo de Educación y Promoción.

La entidad financiera continuó el pasado ejercicio con su estrategia de ampliación de su presencia y expansión territorial en el ámbito financiero andaluz con la apertura de nuevas oficinas en la provincia de Málaga y en Andalucía Oriental, Almería, así como su apuesta por el país vecino, Portugal, en concreto en Faro, con el objetivo de dar servicio a las regiones del Alentejo y el Algarve. Al mismo tiempo, Caja Rural del Sur continúa con la modernización de sus oficinas en todas las provincias en las que está implantada, Huelva, Cádiz, Córdoba, Málaga y Sevilla.

En todo este periodo, como servicio esencial, Caja Rural del Sur, “gracias a la labor de sus más de mil empleados de oficinas y servicios centrales, atendió presencialmente a sus clientes en toda la red de oficinas, adaptadas a todos los protocolos de actuación para garantizar la salud de los usuarios”.

Fachada de las nuevas oficinas de Caja Rural del Sur