El CSN aprueba el refuerzo de las medidas de seguridad para evitar las filtraciones de cesio

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha dado el visto bueno a las medidas de seguridad para evitar las filtraciones de material contaminado con cesio-137 a las marismas de Mendaña. Después de que a finales de 2007 el Consejo reconociera que se estaban produciendo fugas de material contaminado en el centro de recuperación de inertes, el CRI-9, hace dos semanas aprobaba un plan de refuerzo presentado por la Empresa de Gestión Medioambiental (Egmasa) para evitar que estas fugas continúen.

Los residuos contaminados con cesio-137 de las marismas de Mendaña proviene del accidente de Acerinox, cuando parte del material contaminado llegó por error a la marisma. Tras ello, casi 5.000 toneladas de cenizas radiactivas quedaron en la marisma, confinadas y sometidas a un programa de control por parte de Egmasa y bajo la supervisión del CSN.

Las filtraciones de este isótopo radiactivo fueron denunciadas por Greenpeace en 2007 y tras la realización de una serie de pruebas el CSN comprobó que efectivamente el material no estaba aislado de forma eficaz. A pesar de considerar que el impacto de la radiactividad en la población y el medio ambiente no era significativo, requirió a Egmasa un plan de refuerzo del confinamiento del material con el objetivo de "garantizar a largo plazo la protección radiológica del público y el medio ambiente".

Es este plan el que ha sido aprobado. Propone detener la dispersión de los materiales contaminados antes de alcanzar el estero mediante la construcción de dos barreras reactivas permeables a lo largo del canal.

El CSN considera adecuado este sistema, con la condición de que las obras comiencen en un plazo de nueve meses y se solicite la autorización de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar para llevar a cabo el cerramiento. Además insta a Egmasa a presentar una ampliación del programa de vigilancia de aguas superficiales y subterráneas, realizar un estudio de la caracterización de las zonas afectadas y otro del funcionamiento hidrogeológico de la zona determinando las posibles zonas de descarga desde las áreas afectadas por la contaminación.