Huelva

El ADN confirma que un hombre calcinado en Francia es un camionero onubense

  • Antonio Peyús pereció en un accidente de tráfico cerca de Estrasburgo

  • La familia de la víctima está a la espera de su repatriación

El camionero fallecido, en una imagen facilitada por su familia.

El camionero fallecido, en una imagen facilitada por su familia. / h. información

El pasado 29 de enero, en torno a las 14:30 y en la carretera RN-4 -que une las ciudades francesas de Nancy y Estrasburgo- se produjo un accidente de tráfico en el que se vieron implicados una furgoneta monovolumen y dos camiones de gran tonelaje. Uno de esos camiones lo conducía Antonio Peyús, madrileño de nacimiento, de 46 años, pero residente en la localidad onubense de Santa Bárbara de Casa, que transportaba una carga de naranjas en el vehículo de la empresa bonariega Cisterbona.

El choque entre los tres vehículos fue de tal calado que se originó un espectacular incendio que acabó devorándolo todo. Los otros dos conductores lograron escapar a tiempo, Antonio no. Aunque esta circunstancia no ha sido confirmada a su familia hasta hace unos días, cuando el Consulado de España le comunicó que "ya se ha finalizado la comparación de las muestras de ADN y los resultados de la identificación son positivos: la persona fallecida es su hermano", indicaba en un correo electrónico remitido a su hermana, Encarna Peyús, al que ha tenido acceso Huelva Información. El cuerpo estaba completamente calcinado y sólo ha podido analizarse una tibia del transportista.

Los familiares han estado casi dos meses esperando a que se ratificara su muerte

El propietario de la empresa Cisterbona, Francisco Romero, indica a este diario que fue consciente del accidente a través de una red social, cuando otro de sus trabajadores colgó la foto del siniestro "y reconocí inmediatamente el camión", envuelto en llamas. Eran las 20:30 de aquel 29 de enero "y entonces comprobé que, efectivamente, el GPS del vehículo había dejado de emitir la señal del localizador".

La investigación y los trámites burocráticos que han terminado finalmente con la identificación del transportista se han alargado 52 días que se han convertido en un "calvario" para los familiares de la víctima.

Romero explica que Peyús llevaba dos meses trabajando en la empresa y que deja a mujer (con graves problemas de salud) e hija, una cría de nueve años. "Me había pedido un anticipo para que pudiera celebrar la comunión", indica apenado.

Su mujer "lo ha pasado fatal, porque ha estado casi dos meses en que su marido estaba sólo desaparecido y ella sin ingresos, sólo lo poco que la hemos podido ir ayudando". Y todo sin que tuviera una confirmación de que era él quien había perdido la vida en el trágico accidente.

Encarna Peyús y su otro hermano tuvieron que desplazarse a Huelva para que la Guardia Civil les tomara muestras genéticas para compararlas con los restos de Antonio. Tanto ella como la empresa han tenido que insistir constantemente para que desde Francia se solucionara el asunto. "Nos hemos sentido solos y hemos tenido que estar muy encima del caso, cuando estas cosas las deberían agilizar los entes públicos", enfatiza para "evitar que otra familia tenga que pasar por esto".

El siniestro está siendo investigado por las autoridades judiciales francesas y se encuentra bajo secreto de sumario. Pero al menos ya, gracias a los análisis del ADN, tienen la confirmación de que los restos corresponden a Antonio Peyús.

"Mi hermano era muy bueno, se conocía Europa palmo a palmo y ha tenido un final horrible, se le quemó la cabina", lamenta Encarna. Ahora, dice, han surgido nuevas dificultades para su repatriación "porque hay documentación que renovar y ver con la funeraria cómo se hace su traslado". El fallecido será enterrado en Santa Bárbara.

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