La 73º edición de la gala de los Premios Emmy volvió a ser un despliegue de glamour, looks de fiesta y ganas de disfrutar en vivo después de la edición del año pasado, en la que las estrellas tuvieron que quedarse en casa y mostrar sus estilismos a través de videollamada. Este 2021 ¡fuera el pijama! Había ganas de ponerse elegante y de apostar por outfits pensados para jugar frente a los fotógrafos.
La gala se celebró al aire libre, en el Microsoft Theater de Los Ángeles (California) para evitar el riesgo de contagios. Fue una noche de temperatura agradable que dio pie a que los invitados se mostraran en todo su esplendor en la red carpet.
Hubo estilismos para el recuerdo, empezando por el de Anya Taylor-Joy. La protagonista de Gambito de dama hizo un jaque mate al resto de invitada con un vestido halter de Dior satinado largo con una capa perfectamente compenetrada con su pelo, maquillaje y accesorios. Nos devolvió a los mejores años de Hollywood.
Emma Corrin, por su parte, fue la protagonista de uno de los estilismos más virales, con un diseño de Miu Miu que parecía sacado de El cuento de la criada.
Aunque, con permiso de Taylor-Joy, la creación más original de la noche fue la de Gillian Anderson. Se decantó por una creación de Chloé que dejaba su barriga al descubierto y de cuya parte superior se desprendían cintas y abalorios metalizados. La falda, además, iba desflecada por abajo. Un diseño muy indie o new-hippie que sigue perfectamente las tendencias actuales.
Kaley Cuoco, la nueva Reese Witherspoon, arrasó con un Vera Wang verde lima.
Carolina Herrera fue una de las firmas más socorridas para este regreso triunfal de los Emmy. También se llevó la palma el rojo, el color de la pasión. Sarah Paulson llevó a su máxima expresión la tendencia de las mangas puffy, con escotazo y falda de gran volumen.
Mandy Moore apostó también por un Carolina Herrera rojo, en su caso de finos tirantes y falda de volantes.
Hubo quien optó por no destacar, como Kate Winslet con su sobrio vestido negro, o Ellen Pompeo, con un mono negro también de Elie Saab.
El clasicismo del Hollywood de toda la vida no podía faltar, como demostró el vestido caldera con pronunciada abertura y cuello barco de Catherine Zeta-Jones, inseparable de su marido, Michael Douglas.
Pero no faltaron las extravagancias. Qué sería de una alfombra roja sin los invitados que llaman la atención y nos sorprenden. Por ejemplo Billy Porter, que llevaba un traje negro con unas alas cosidas en las mangas que extendió cuando posaba ante los flashes.
También Kerry Washington sacó a relucir su faceta más sexy con un corsé plateado de Etro acompañado de falda del mismo color.
O la favorecedora espalda de la capa de Elizabeth Olsen, que eligió para la gran noche un diseño de The Row, la marca de sus hermanas.
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