La noche no termina de cerrarse en los rincones septentrionales a estas alturas de año. Los espectadores de la estival Ópera de Savonlinna, a cuatro horas en vehículo de Helsinki, contemplan los montajes con luz de atardecer cuando ya es medianoche.
El castillo de Olavinlinna, del siglo XV, es la fortaleza medieval más al norte del continente y su rudos muros que aguantaron las amenazas orientales son ahora el escenario de montajes como el que dirige el español Ramón Tebar con Carmen. Sevilla con la singular luz finlandesa.
Desde Savonlinna, una tranquila población que ronda los 40.000 habitantes, se toman cruceros en torno al lago Saimaa, uno de los más grandes de Europa y que es un festín de riqueza natural, en sus bosques y en sus aguas, con una población de focas que es emblema de la región.
En esos cruceros se puede degustar una muestra de la gastronomía finlandesa, sublimación del pescado, con el lucio, la lubina, el lucioperca y de las verduras. Desde un resort de aventuras como Oravi se continúa la ruta por el inmenso lago, caprichoso en sus perfiles geográficos, lleno de islas sin habitar.
Con vistas al lago se encuentra el hotel más antiguo de Finlandia y un lugar con todo el encanto entre pinos y abedules que tocan las nubes: el Hotel Punkaharju, de madera y con recoletas terrazas que en verano tienen una luz casi ibicenca donde se pueden descubrir el corégono, junto a tartares de setas encontradas no más allá de unos kilómetros. La modelo Saimi Hoyer quiso cumplir su sueño de tener este establecimiento y es la perfecta anfitriona mientras sus recuerdos viajan por las paredes.
En esa espesura de riqueza micológica, donde los refugios ofrecen hachas y todo lo necesario para una barbacoa a los ‘domingueros’, este establecimiento ofrece catas de vinos con tapas (sí, allí han adoptado ya el nombre de tapas) entre el silencio y las vistas al lago. En todo el entorno hay tranquilas villas para dejar pasar los días con la cadencia del biorritmo nórdico. Sus vinos nacen en otros países y el jugo de las uvas es llevado tan al norte para un envejecimiento con sus circunstancias propias.
Con el paisaje más excepcional de la zona se ubican las villas del resort Kuru, habitaciones totalmente acristaladas y ‘empotradas’ entre los árboles. Habitaciones para desconectar de forma absoluta, con terrazas junto a la cama para saborear el desayuno sin las incomodidades de un bufet. Y junto a la inmensa bañera, sauna propia, con esencias únicas a elegir. En Kuru el chef francés Remi Tremouillé fusiona los productos locales con la visión mediterránea, maridaje incluido.
Finlandia es un norte para no perderse en verano. Ni en sus desafiantes inviernos. El compás de relax se acentúa en el spa de Jarvisydan, toda la tradición de la sauna finesa en un resort de lugares de cuento, villas galácticas y unos embarcaderos donde darse un baño ante barcos que llevan de nuevo a las islas que rodean a Savonlinna, donde Europa se estira hacia el sol que nunca termina de dormirse en estos meses.
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