Cultura

Y al final, la vida sigue igual...

Just Between Us. Director: Rajko Grlic. País: Cro-Ser-Eslo. Año: 2010. Duración: 89 min. Con: Miki Manojlovic, Bojan Navojec, K. Marinkovic.

Viendo Just between us cuesta creer que el realizador croata Rajko Grlic lleve más de treinta años haciendo películas, tal es la falta de aliento y compromiso que supura este -ojo a la novedad- relato polifónico y coral sobre la doble vida de todo burgués (aquí exyugoslavo) que se precie: de nuevo el cruce de personajes, que a modo de continuo relevo narrativo van focalizando por turnos la trama, y el azar caprichoso como recurso esencial de un guión que ocupa el lugar de la planificación formal, sencillamente inexistente.

Tragicómica y agridulce (legendarios sinónimos de la cobardía), Just between us, aunque pretendidamente coral y familiar, pivota sobre un único personaje, el encarnado por el veterano Miki Manojlovic, aquí un hombre maduro, mujeriego por herencia paterna, bígamo e infiel patológico, en el que Grlic encarna la esencial hipocresía que ve en la clase acomodada, reconviniéndolo a través de una historia donde se le devuelven muchas de las afrentas afectivas cometidas en el pasado. Grlic, ajeno a la ambigüedad y nada lejos de nuestro Mariano Ozores, se siente desde el principio superior a sus criaturas, y termina despreciándolas con cariño.

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