Panorama andaluz

Vislumbres de la realidad andaluza

  • La presencia del cine local en el SEFF 2014 parece algo más adelgazada que en ediciones anteriores.

Repartida básicamente entre cortometrajes y documentales, la presencia del cine andaluz en el SEFF 2014 parece algo más adelgazada que en ediciones anteriores, tal vez fruto de una coyuntura de crisis que, salvo las excepciones conocidas, integradas en el tejido industrial madrileño, no ha permitido demasiadas alegrías a productores locales y realizadores emergentes.

Con todo, la oferta es atractiva en temáticas y formatos. Manutrillo se acerca a los trabajadores del corcho a ambos lados del Estrecho en Quivir; Pablo Coca a los efectos perniciosos de la radiación en Una amenaza invisible; María Barroso y Ricardo de Gracia a los afectados por el Síndrome de Asperger; Mariano Agudo al problema de los desahucios y a la Corrala Utopía (Habitar la Utopía); Asbel Esteve al malogrado cantante y showman cordobés Juan Antonio Canta (Patuchas, el hombre de los 1.000 limones); Javier Vila a los límites geográficos y artísticos del flamenco en Más allá del flamenco; y zac73dragon viaja hasta el barrio neoyorquino de Brooklyn para proponer una ficción cuántica y low-cost en 11211, El Barrio en el que las avenidas de bifurcan.

Entre los diez cortos que sí compiten por premio, encontramos Naturaleza, de Antonio Álamo; Oasis, de Carmen Jiménez; Paraíso Beach, de Bíktor Kero; Cabeza de turco, de Juan Moya; Celebraciones, de Paz Piñar; Tres tristes tigres, de Bea Hohenleiter o Los guardines, de Miguel Aparicio.   

Generación 'CinExín'

El SEFF rinde homenaje a una generación de éxito y se asoma a los primeros cortos de los que hoy son nombres fundamentales del cine industrial hecho en Andalucía: Alberto Rodríguez, Santi Amodeo, Álvaro Alonso, Paco Baños, Ana Rosa Diego, Álex Catalán, Dani Cuberta, Mariano Agudo, Gervasio Iglesias o Jesús Ponce. El Cicus completará la faena con un Seminario y Rodríguez recibirá el Premio RTVA.

Ouroboros, otra resistencia

Fuera de concurso en Resistencias podrá verse este insólito y valiente filme de Carlos Rivero y Alonso Valbuena, rodado en latín en plena naturaleza, deudor de una estética a mitad de camino entre Lynch y Tarr, y que cuenta con una hermosa música original de Mihàly Vig, compositor habitual del cineasta húngaro.

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