En el arranque de Schindler's houses (2007), un plano nos muestra un cruce de caminos en el West Hollywood de Los Ángeles: el asfalto, las aceras, los coches que pasan, algún transeúnte, carteles publicitarios y una casa parcialmente tapada por árboles y un muro. Sobre el ruido del tráfico, una voz en off comenta la escena, la ausencia de diseño urbano en este rincón o el anonimato social del autor de esa casa, que no es otro que el arquitecto alemán Rudolph Schindler (1887-1953), protagonista in absentia de esta suerte de autobiografía profesional que Heinz Emigholz (Achim, Alemania, 1948) traza en un riguroso orden cronológico, a través de imágenes fijas y algo inclinadas, en un ritmo preciso y matemático, tan sólo con sonido ambiente, en los que el cine observa la arquitectura y el espacio que la rodea en un doble ejercicio discursivo: como mero documento, catalogando lo que queda del trabajo de Schindler; y como reflexión sobre la relación entre la mirada fotocinematográfica y la arquitectura como artes y formas del tiempo y el espacio.

Esta nueva, sencilla y rigurosa dialéctica entre el espacio arquitectónico (su estructura, la distribución espacial, la luz, la relación con el entorno) y la imagen mecánica preside buena parte de los trabajos recientes del alemán, a pesar de que su trayectoria, iniciada a finales de los sesenta, arrancara muy cerca de la estética y los modos del cine experimental de vanguardia de la época, con una serie de trabajos que ponían de manifiesto su interés por el potencial de abstracción de la cámara y el montaje sobre paisajes urbanos o de la naturaleza.

Como nos recuerda Fran Benavente, para Emigholz una película no es una obra autónoma, sino el hito de un trabajo sistemático que sigue hasta conformar un todo más vasto. Lo comprobamos ya en sus primeros trabajos de formación, agrupados en series (Schenec-Tady, The basis of make-up), pero sobre todo en las que llevan por título Photography and beyond, Architecture as autobiography o Miscellanea, fruto del interés transversal por la transformación de la realidad en el cine y la práctica artística, un interés que se expande también a la reflexión teórica, la docencia o la realización de videoclips.

Loos ornamental (2008), Parabeton (2012) y Perret (2012) seguirán con la misma exhaustividad y con un mismo método objetivo los exteriores e interiores, el diálogo entre tradición y modenidad, en los edificios del austriaco Adolf Loos, el italiano Pier-Luigi Nervi y los franceses Auguste y Gustave Perret.

Arquitectura y apocalipsis

"Imagino un espacio aéreo en el que se ha lanzado una bomba, que aún no ha llegado a su blanco, y que ya es imposible detener. Me pregunto qué clase de tiempo existe entre el lanzamiento y la explosión. No es el futuro, pues la destrucción aún no ha tenido lugar. Ni es el pasado, pues todo será destruido en un instante". Así empieza The Airstrip, y ese instante que describe es el modernismo del que da cuenta a través de edificios en Berlín, París o  Brasilia. Un film en el que da esquinazo a toda idea preconcebida sobre su serie arquitectónica y en el que caben la guerra, lo personal o el surrealismo.

Eurimages, coproducción europea

Como cada año, el concurso Eurimages reúne títulos cofinanciados con fondos del programa Eurimages, seis filmes en esta ocasión que se encuentran dispersos en distintas secciones competitivas del certamen: dos de ellos (A pidgeon sat on a branch reflecting on existence y Turist) en la Sección Oficial; tres (El capital humano, de Paolo Virzi, White God, de Kornel Mundruczó, y la nueva entrega de la serie Heimat, de Edgar Reitz) en la Selección EFA; y uno más (La novicia, de Guillaume Nicloux). Un jurado de expertos determinará cuál es merecedor de 10.000 euros para su distribución en España.