Crónica personal

Pilar Cernuda

Tercer capítulo: Gobierno

Rajoy anunciará este jueves su lista, la buena, no la que intenta colar algunos de sus acólitos.

PRIMERO fueron las elecciones, que en este caso fueron dos porque a Rajoy no le salieron las cuentas en la primera; luego fue la investidura y llega ahora el tercer capítulo de este largo impasse de más de 300 días: la formación de Gobierno.

No hagan excesivo caso a lo que se cuenta por ahí. Rajoy no ha dicho una palabra y a poco que se mueva uno por este mundillo político adivina de dónde vienen las filtraciones; entre otras razones porque también esta periodista ha recibido mensajes interesados sobre las intenciones del presidente, que a veces tienen poco que ver con lo que pretende Rajoy y mucho con la necesidad de algunos de lanzar ideas o nombres a ver si cuelan.

Lo único cierto, lo único absolutamente contrastado, porque no hace ni falta que Rajoy lo contraste porque es evidente, es que el presidente del Gobierno aborda la creación de su nuevo Ejecutivo teniendo en cuenta varias premisas. La primera, que debe contar con un equipo sólido para superar el difícil trance que le espera, con retos que no todo el mundo está en condiciones de asumir a no ser que cuente con experiencia sobrada y contactos para llegar a donde se toman decisiones importantes para el futuro de España.

Segundo, Rajoy debe contar con un partido fuerte y llevado con mano firme. Sería pésimo asunto que dejara el PP manga por hombro; por tanto, si echa mano de actuales miembros de la dirección para encargarles nuevas responsabilidades, debe llenar sus huecos con personas tan sólidas o más que las que dejan el sitio libre.

Y tercer escenario que Rajoy debe cuidar: el grupo parlamentario. La batalla de los próximos años se va a lidiar negociando ley por ley, artículo por artículo, palabra a palabra, con un Congreso plagado de grupos y grupúsculos que se juegan la supervivencia de sus respectivos partidos y que al mismo tiempo que negocian con el Gobierno tratan de ganar terreno a sus otros compañeros, o no tan compañeros, de oposición. Para eso necesita Rajoy un portavoz peleón -o una portavoz- , con experiencia, que no se amilane ante los insultos o palabras gruesas del contrario -porque habrá insultos y palabras gruesas-, que tenga buenas relaciones con los otros portavoces una vez finalicen los debates en el hemiciclo, y que se mueva bien en el terreno del tira y afloja. Parece la descripción exacta de Rafael Hernando, pero no es el único diputado popular con garra, coraje y labia, y Rajoy sabe perfectamente los valores de Hernando, como conoce los de otros miembros de su grupo, así que ni siquiera ese nombre se puede dar por seguro.

No queda mucho por esperar. Rajoy anunciará mañana su lista. La buena. No la que intentan colar estos días algunos de sus acólitos, que pretenden hacer creer que saben más de lo que saben.

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