Los mandos de la Policía Nacional y la Guardia Civil el 1-O declararon que no podían llegar a todos los puntos de votación, donde les esperaban activistas "muy violentos" que ofrecieron una "resistencia brutal", ante unos Mossos que no sólo no cumplieron sino que les entorpecieron y espiaron.
En el juicio del procés en el Tribunal Supremo se escucharon las primeras testificales de mandos policiales, con el interrogatorio al jefe de la Policía Nacional en Cataluña el 1-O, Sebastián Trapote, y su homólogo en la Guardia Civil, Ángel Gozalo, que reconocieron que era una "utopía" esperar que los Mossos impidieran el referéndum y que ellos llegaran a todos los centros.
Como hicieron sus superiores políticos ante el tribunal, ambos mandos describieron la violencia que sufrieron los agentes que intentaban impedir el 1-O -"nos tenían ganas", dijo Gozalo- y denunciaron la presencia de "cadenas humanas" que intentaron impedir por la fuerza que entraran y salieran de los colegios.
Gozalo, que meses después del 1-O fue promocionado a teniente general, admitió que "ni de broma" podían llegar a los más de 1.500 puntos de votación: "Era una utopía muy elevada llegar a todos", apuntó.
Y ello, en un contexto en el que, según declaró Trapote, tampoco se podía pretender que los Mossos cumplieran con la orden de impedir el referéndum: "Era una utopía, dos mossos no pueden entrar a un colegio a hacer una intervención porque lo que tienen allí delante se lo va a impedir".
Gozalo, que calificó de "prebélico" el lenguaje de los CDR cuando llamaban a "defender las urnas y la república" el 1-O, fue incluso más allá en su crítica a los Mossos, al advertir que no sólo tuvieron de forma generalizada una actitud pasiva, sino que ese día agentes de la Policía catalana hicieron seguimientos a sus unidades, opusieron en ocasiones resistencia cuando iban a intervenir y se negaron a ayudarlos.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios