Ramiro García de dios Juez de control de Aluche

"Un centro de extranjeros es siempre un lugar de sufrimiento"

"Un centro de extranjeros es siempre un lugar de sufrimiento"

"Un centro de extranjeros es siempre un lugar de sufrimiento"

-¿qué se esconde detrás de los muros de los CIE?

-Los centros de internamiento de extranjeros (CIE) son siempre lugares de sufrimiento, por muchas razones. Por un lado, por el estrés que genera para una persona el hecho de que vaya a ser expulsada. Luego, por la propia carga para cualquier persona a la que privan de su libertad deambulatoria. Y además, por las condiciones en las que se encuentran. En Andalucía, sólo hay que ver cómo están los de Málaga o Algeciras. Este último ha dejado de funcionar y los internos se encuentran sólo en Tarifa. Si los periodistas pudieran comparar cuál es el estado de la prisión de Puerto III, en El Puerto de Santa María, y la del CIE de Aluche, en Madrid, el 99,9% diría sin lugar a dudas que se vive mejor en la cárcel que en el CIE.

No creo que nadie por el hecho de encontrarse en situación irregular deba ser privado de libertad"

-Su rol implica conocer estas deficiencias.

-Mi función es la de juez de garantías en favor de los internos. Por ejemplo, nosotros exigimos al Gobierno a que pusiese baños en las estancias, porque al llegar la noche, los internos hacían sus necesidades en bolsas de plástico. Son problemas de dignidad. En nuestras prisiones, los funcionarios no van armados, están formados para ello… En los CIE son policías con armas.

-¿Cómo llega un inmigrante a un CIE?

-Hay dos tipos, los irregulares de origen y los de irregularidad sobrevenida. Los primeros son los que nunca estuvieron en situación legal, los segundos son aquellos que han perdido su trabajo, por ejemplo, y no pueden continuar su estancia. En este último caso, hablamos de personas cuya familia a veces se encuentra en España y de repente ven que estarán cinco o diez años sin poder volver a entrar.

-¿Existe falta de transparencia respecto a lo que ocurre en los CIE?

-Sí, en varios sentidos. Por ejemplo, ¿por qué no se permite a los periodistas entrar cuando sí lo hacen en las prisiones? Son lugares, además, de impunidad. Si se denuncia un maltrato verbal o físico, se puede acortar el proceso de expulsión y acallar el asunto. Y con los internos que hayan podido ser testigos, pasa lo mismo. No digo que todo lo que se denuncia sea cierto, pero si vemos que son muchas personas de diversas nacionalidades las que lo dicen, pues algo tiene que haber. Los policías a veces no entienden que mi función es la de velar por los derechos de los internos, a los que sólo se priva de su libertad deambulatoria pero no del resto de sus derechos.

-Como activo defensor del cierre de los CIE, ¿alguna vez ha recibido presiones desde organismos públicos?

-No. Lo único de la administración fue en 2011, que trató que no se cumpliera una resolución mía respecto a la entrada de las ONG, pero no podían interponer recurso y no prosperó.

-¿Qué alternativas propone?

-Lo primero, que se expulse desde las propias prisiones a aquellos que hayan cometido un delito. Hay gente en Aluche que ha estado hasta 10 años en la cárcel. ¿Por qué no se le expulsó entonces? Y para quienes no cometan delito, hay alternativas a encerrarlos dos meses en un CIE, como la obligación de presentare, retirada del pasaporte o fijación de un domicilio. Son alternativas respetuosas con los derechos humanos. Además, Europa son 500 millones de personas y tiene mucha más capacidad para atender a inmigrantes de los que se están atendiendo. No defiendo la inmigración en un sólo país, ábranse flujos para que lleguen al resto.

-¿Hay países en los que nos debamos fijar?

-Desgraciadamente, en esta materia, no. Aunque sí es cierto que las condiciones de los CIE en otros países son mejores. Por ejemplo, en el CIE de París tienen conexión a internet, móvil, servicio de interpretación y los policías van de paisano. Pero como jurista tampoco defiendo ese modelo, porque no creo que un irregular deba ser privado de libertad.

-¿Va a aumentar el racismo en nuestro país?

-Ya lo está haciendo. No tenemos un partido como el de Le Pen, ni se han quemado centros de estancia de refugiados como en Alemania, pero cada vez llegan a mi Juzgado de Instrucción más casos de agresiones verbales.

-¿Se cumple la legislación sobre inmigrantes en nuestro país?

-Sólo en su estructura más dura. Porque prácticamente en estos momentos acceder a una inmigración legal y segura es imposible, se han cerrado muchas vías de acceso a la regularización familiar y a la contratación directa. Y aunque haya crsis, debemos darnos cuenta de que España sigue lanzando cientos de miles de emigrantes al mundo.

-¿Existen soluciones?

-Si se quiere seguridad en nuestro países, hay que cortar la inmigración en los países de origen por medio de la cooperación al desarrollo. Y deberíamos hacernos pensar lo que está haciendo Europa en África, explotando recursos como oro y coltán, expropiando grandes extensiones agrarias para cultivar aceite de palma. Decir que nuestras fronteras no son seguras después de eso es poco coherente, y más en los países que tenemos tan asumido y proclamamos tanto nuestro respeto por los derechos humanos.

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