El pez venenoso al que tienen pánico y que en Huelva se come, y nos encanta: "Miedo en el mar, exquisito en el paladar"

La gastronomía onubense es amplia y muy reconocida dentro y fuera de nuestra provincia. El jamón ibérico, los frutos rojos, la gamba blanca... Y dentro de los productos de la costa, hay un delicioso pescado que muchos desde fuera no pueden creer que aquí lo comamos.

Lo que para nosotros es un plato típico de pescaíto de Huelva rico e incluso habitual en freidurías y chiringuitos, para muchos es desconcertante solo pensar en consumirlo, ya que resulta una especie venenosa que si te pica, puede ser bastante dolorosa y, en ocasiones, necesitar hasta atención médica.

Pero lo que para unos es un gran temor, para otros es una exquisitez. El pez araña, tan típico en los bares y restaurantes de Huelva, es peligroso en el mar, pero un manjar en el paladar: Al ser cocinado, se pierde todo riesgo de envenenarnos.

Y merece la pena perderle el miedo, ya que su carne blanca es una delicia muy apreciada en las mesas onubenses. Se puede comer de diferentes maneras, como a la plancha, pero sin duda la receta más tradicional es comerlo frito y con un poquito de mayonesa, para mojar.

En verano, y en la mayoría de chiringuitos y establecimientos costeros (y de interior) es habitual verlo en las cartas. Además de estar muy rico, no suele ser un plato excesivamente costoso, por lo que es un plato que se pueden permitir todos los bolsillos.

Aunque es muy famoso y principalmente se pesca y consume en las costas de Huelva, y en Cádiz, también es posible verlo en las cartas de bares de Sevilla y Córdoba, ya que aunque sean provincias de interior, también son amantes y grandes consumidores de pescaíto frito.

¿Por qué es venenoso en el mar y no al consumirlo?

El pez araña es un pescado que te puede envenenar al contacto con alguna de las espinas de sus aletas dorsales. Una picadura que no debe presentar gavedad, pero que en casos más graves puede incluso causar problemas respiratorios o en raros casos, convulsiones.

Al cocinarlo, además de quitarle las espinas, el veneno de este pez se "desactiva" debido a la cocción a altas temperaturas y a sus jugos digestivos. Por lo que, efectivamente, no hay que temerlo a la hora de consumirlo.