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Día Mundial de la Poesía: estos versos de Juan Ramón Jiménez son de los más famosos de España

Día Mundial de la Poesía: estos versos de Juan Ramón Jiménez son de los más famosos España

Día Mundial de la Poesía: estos versos de Juan Ramón Jiménez son de los más famosos España

Con motivo del Día Mundial de la Poesía, el diario La Razón se ha hecho eco de los versos y autores españoles más recordados. Y, como no, nuestro premio Nobel de Literatura, el moguereño Juan Ramón Jiménez, está entre ellos.

“...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros / cantando; / y se quedará mi huerto, con su verde árbol, / y con su pozo blanco. Todas la tardes, el cielo será azul y plácido; y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario. Se morirán aquellos que me amaron; y el pueblo se hará nuevo cada año; y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado. mi espíritu errará, nostálgico… Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido… Y se quedarán los pájaros cantando".

Con parte de este verso, el diario hace honor en este día a uno de los poetas más importantes del siglo XX. También comparte las letras de emblemáticos autores como Bécquer, Jorge Manrique o Rubén Darío. Recuerdan que en la educación sentimental de una generación, tienen gran importancia las poesías, como estas, que se lee de niños en la escuela. "Unas poesías que acabábamos por aprender de memoria, bien de tanto leerlas por nuestra cuenta, bien porque los señores maestros nos obligaban a recitarlas de carrerilla en voz alta"

Juan Ramón Jiménez y Platero // Rodaje de la película sobre su vida 'La Luz con el Tiempo Dentro' Juan Ramón Jiménez y Platero // Rodaje de la película sobre su vida 'La Luz con el Tiempo Dentro'

Juan Ramón Jiménez y Platero // Rodaje de la película sobre su vida 'La Luz con el Tiempo Dentro' / Alberto Domínguez

Aunque si hay una obra que los onubenses recordamos con cariño, es la dedicado a su burro, "Platero y yo". Unos preciosos versos dedicados a sus recuerdos en su niñez y adolescencia junto a su gran amigo.

"Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: “¿Platero?”, y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra... Cuando paseo sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:- Tien’ asero...Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo"