Ser mejor no fue suficiente (0-1)
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El Decano supera ampliamente al Betis en juego y en ocasiones de gol pero cae por una acción desgraciada y un arbitraje letal De la Fuente Ramos no pitó un claro penalti en el 90
Pasó el líder por Huelva, el líder porque lo dice la clasificación, porque ni por fútbol, ni por presencia, ni por ocasiones fue mejor que un Recre al que el corazón le dio para merecer más pero sus piernas no le acompañaron. Fue mejor sin discusión, tuvo las oportunidades más claras y encerró en varias fases del choque a quien las prometía muy felices antes del comienzo y llegó a Huelva de paseo y se marchó afónico de resoplar y pedir la hora. Ver a los verdiblancos perdiendo tiempo y parando el juego en el tramo final del duelo definió a la perfección el duro escollo que encontró el Betis en el Decano. Al final la diferencia en encuentros de tanta tensión la marcan las acciones puntuales. Si Antonio Domínguez o Caye Quintana hubiesen tenido un punto más de acierto al menos un punto se habría quedado en Huelva. El Betis en cambio aprovechó prácticamente la única que tuvo. Montoro fuera del campo por lesión, el cambio por hacer, un desbarajuste en la marca por la laguna creada en el centro y Xavi Torres que llegó desde atrás para cabecear al fondo de la meta de Rubén Gálvez. Y a todo ello el factor arbitral que como suele suceder barrió para el más fuerte. Rennella sacó desde dentro de la portería un balón ante Pedro Ríos que el trío de trencillas no vio y De la Fuente Ramos con el tiempo cumplido miró para otro lado en un penalti a Menosse que vieron todos menos quien debía pitarlo. Es el designio de quien está arriba y quien está abajo. Todo lo que puede ayudar cae a favor y todo lo que puede entorpecer te frena.
Futbolísticamente el Betis fue el líder dominador que se esperaba durante diez minutos. Los primeros compases del encuentro y muy poco más. El Recreativo pronto se asentó, se dio cuenta de que su oponente era tan mortal como él y trató de hacerle daño con sus recursos. De Rubén Castro sin noticias en 90 minutos. El futbolista más determinante de la Liga apenas apareció. Tuvo una clara a los siete minutos y se acabó. Caye Quintana tuvo la primera clara para los albiazules en el minuto 38. El pase de Pedro Ríos no encontró una buena definición en el isleño, que cruzó demasiado forzado en el remate. Igual de franca fue la de Antonio Domínguez en el 43. El puntaumbrieño recortó ante Adán y su golpeo ni fue a puerta ni terminó de ser un centro al que llegar Caye Quintana.
La prueba de lo mal que lo pasó el Betis en estos primeros 45 minutos fue la decisión de Pepe Mel. El técnico dejó en la caseta a Héctor Rodas y Jorge Molina. Para lo que estaba atacando su equipo de poco le servía el ariete perdiendo una batalla tras otra ante Menosse, imperial en casi todo el encuentro. La desgracia recreativista se alió con el Betis. Montoro se lesionó y pidió el cambio. En el ínterin un centro desde la izquierda verdiblanca lo cabeceó Xavi Torres en el 51.
Ni por esas. El Recre se repuso pronto del varapalo. Pavón recompuso su centro del campo con Manu Molina y retrasó mucho más a Álvaro Antón. Apretó a los suyos y estos respondieron. El gol del empate llegó en el minuto 61. Llegó porque el balón entró, aunque no subió al marcador. Las tomas posteriores lo demostraron. Rennella sacó bajo palos tras un golpe de Caye Quintana y el posterior rechace a Pedro Ríos.
El Betis lo pasó mal. El último cuarto de hora fue de acoso y más acoso recreativista. Lástima que los albiazules en los últimos metros carezcan de la calidad y los recursos de muchos de sus oponentes. Con un puntito más en esa zona del campo sería otro equipo. La insistencia albiazul se transformó en un achique bético permanente ante un rival que percutió una y otra vez. Pavón dio entrada a Rubén Mesa y colocó a Nuñez casi como un lateral más. Desarbolado el Betis comenzó a mirar el reloj, perder tiempo y parar el juego. La última bala fue la de Menosse como delantero centro. El uruguayo lo gana todo por arriba y ayer también por abajo. El charrúa agarró un balón y se metió en el área con dos rivales colgados a su espalda. Sólo pudieron pararlo con un penalti de libro para todos menos para uno. Fue el último esfuerzo onubense antes de desquiciarse a manos del colegiado. Triste consuelo ser mejor y merecer más cuando la necesidad de puntos es tan grande, pero la realidad fue tan clara como tremendamente injusta. El Decano demostró ser de Segunda y que merece seguir en la categoría, el colegiado evidenció que no.
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