El orden está asegurado

El número de aficionados era lo que más preocupaba a la policía onubense. Las fuerzas y cuerpos de seguridad replegaron ayer sus dispositivos en las proximidades del Nuevo Colombino ante la llegada de la cuantiosa afición verdiblanca. A pesar del hermanamiento entre béticos y recreativistas, la gran cantidad de espectadores hizo que el trabajo en materia de seguridad fuese ayer más laborioso que en otras ocasiones.

La preparación de la seguridad de cara al partido frente al Betis comenzó con una semana y media de antelación. La Brigada de Seguridad Ciudadana trabajó en recabar información de utilidad para la puesta a punto de los dispositivos que velaron por el orden antes, durante y después del partido en el Nuevo Colombino. Para ello, se ayudaron de los coordinadores de seguridad de los clubes, que a su vez dependen de la oficina nacional de deporte. Los propios clubes también ofrecieron datos que, según el jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana, "serán mayores si hay buena relación con el equipo rival, que en este caso sí existe".

El número de peñas que viajaban hasta Huelva para asistir al encuentro era una información de gran importancia para poder preparar la seguridad y anticiparse a posibles incidentes "a pesar de que ambas aficiones están hermanadas y no suelen producirse altercados, debemos estar prevenidos", aseguraron miembros de la policía nacional onubense. Redes sociales y foros son fuentes de utilidad ante partidos de alto riesgo, aunque en el encuentro de ayer la peligrosidad residía en el alto número de aficionados que viajó para ver el partido, más de 7.000 béticos. La cercanía y el buen tiempo hicieron que desde por la mañana se vieran aficionados del Betis pasear por las calles de Huelva.

La actividad de las fuerzas policiales, en este caso la Brigada de Seguridad Ciudadana y la Unidad de Prevención y Reacción, comenzó sobre las 12:00, con agentes patrullando las proximidades del Nuevo Colombino. La afición bética se situaba en la zona de Pescadería y en los aledaños del estadio. Precisamente la principal preocupación del cuerpo de seguridad eran las horas previas al partido "ya que la gente bebe alcohol y es más probable de que ocurran incidentes", afirmaron. No obstante, el tiempo de espera hasta el comienzo del derbi andaluz transcurrió sin problemas, con dos aficiones unidas y dispuestas a disfrutar del fútbol.

A las 16:45 el autobús del club bético llegó al Nuevo Colombino ante la presencia de espectadores verdiblancos. Desde la Unidad de Control Organizativo del estadio, un total de 58 cámaras vigilaban los aledaños y el interior del estadio para controlar la existencia de posibles altercados. Con la hora próxima al comienzo del partido, el exterior del Nuevo Colombino rebosaba vida y buen ambiente y los primeros aficionados empezaron a entrar al campo. La encargada de custodiar las entradas era la seguridad privada del club recreativista, con el fin de evitar que se introdujeran objetos peligrosos en el campo: armas, botellas de cristal y bengalas no están permitidas, y las personas ebrias tienen prohibido el acceso al recinto. En el partido de ayer la policía nacional abrió tres actas por portar bebidas alcohólicas.

Llegó la hora del encuentro, y el público ocupaba sus butacas. Un total de 14.648 espectadores acudieron al estadio. Desde la Unidad de Control Organizativo trabajaban con ahínco para no perder detalle de todo lo que ocurriese. Se desarrolló un partido sin incidentes de gravedad, algo muy destacable por el jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana dado que el número de seguidores recreativistas y béticos era similar.

A pesar de que el final del partido fue polémico, no trascendieron informaciones de incidentes en su finalización. Las fuerzas policiales facilitaron la salida del campo a la afición bética para que se dirigieran a sus respectivos autobuses, poniendo final a una jornada en la que prevaleció el buen ambiente y la hermandad de ambos clubes.