En casos así lo mejor que se puede hacer es nombrar a las cosas por su nombre. El Cartaya tiene un serio problema en la portería. En la primera jornada por el ascenso a Tercera, ante el Tomares, Adolfo, influyó decisivamente en el resultado final del partido. Dos errores suyos condenaron a un equipo rojinegro mucho mejor que su rival. Ese es el resumen a vuela pluma.

Amate comenzó con el portugués Pedro como portero titular la temporada y el luso, tras unos errores de bulto fue relegado al banquillo. Adolfo comenzó bien su periplo, pero lleva dos partidos para olvidar y hoy ha cometido dos errores de los que no se pueden permitir en una fase en la que cualquier fallo te condena.

El equipo rojinegro, con una alineación muy consecuente, comenzó mandando ante un Tomares muy dubitativo, sobre todo en defensa, que hacía presagiar que los locales marcarían en cuando encontraran la brújula y el norte en el remate. Era cuestión de tiempo, después de hacer 20 minutos primorosos. Y en la primera salida a respirar del equipo sevillano, a balón parado, desde la luna, un tiro parable a todas luces, o despejable, el portero del Cartaya lo convirtió en una bomba de relojería. Quiso atajar y lo que logró fue poner el balón a los pies de Mesa, el central, que pasaba por allí. 0-1 y desconexión de todos los circuitos del Cartaya. Minuto 23 de partido. El equipo de Amate, desde entonces no fue el mismo y el Tomares se dedicó a navegar sonriendo, sin más apuesta que mantenerse en un resultado que se encontró.

A la vuelta de vestuarios el equipo de Amate recuperó paso y temperatura y poco a poco fue acorralando a un adversario que solo ponía ímpetu para seguir en ventaja. Defensa y más defensa, con la táctica del palotazo a donde sea. Amate, que esperó a exprimir lo que tenía en el campo hasta que pudo, comenzó a mover banquillo y el equipo fue creciendo como la espuma. Justo hasta que empató por medio de Mario a los 68 de juego, ya con Japón en el campo, autor de la jugada que dio origen al primer tanto local.

Cuestión de tiempo, decíamos. Y así fue. Porque a los 81 de juego, Japón le daba la vuelta al partido con un gol de nueve puro. El Luis Rodríguez Salvador, con la mejor entrada de público en años, se volvió loco de remate. Y no era para menos. A ese tiempo, a falta de 9 minutos para el final, el Cartaya enamoraba hasta a los contrarios, con un fútbol cargado de velocidad, verticalidad y remate.

Pero la alegría duró dos minutos. Porque el Tomares, a la desesperada, provocó un córner y otra vez apareció Adolfo para facilitar la tarea a los sevillanos. En vez de sacar puños para despejar el balón, quiso atajarlo y la dejó muerta para que Rufo empujara a la red.

De la fiesta a la pesadilla, porque ya no había fuerzas ni corazón para acometer otras remontada. La moral quedó muy tocada en los locales y para el Tomares era gloria bendita, así que ahí se acabó el partido, entre el lamento local, con Adolfo sentado en el suelo y con el Tomares respirando profundamente porque se llevó un punto sin tirar a puerta.

Tiene un problema el Cartaya en la portería que debe solucionar a la mayor brevedad posible, si no quiere que la temporada se le vaya al garete, porque llegados a este punto, nadie perdona nada y menos aún la vida.

Ficha técnica:

Cartaya: Adolfo, Manuel, Novoa, Lagos (Kike), Franci Ruiz, Mario, Asuero, Josué (Pereira), Arias (Japón), Lolo y Arenas (Marcos).

Tomares: Álvaro, Segura (Delgado), Sergio (Alex), Apolinar, Mesa (Alberto), Rufo, Jiménez (Mario), Ñito, López (Carrillo), Carlos (Sánchez) y Ramón.

Goles: 0-1 (23') Mesa; 1-1 (68') Mario; 2-1 (81') Japón; 2-2 (83') Rufo.

Árbitro: Soler Romero, de Córdoba. Estuvo perfecto. Amonestó por los locales a Lagos y Franci Ruiz y por los visitantes a Mesa, Carlos y Carrillo.

Incidencias: Primera jornada por el ascenso a Tercera. Unos 700 espectadores.