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"Una bicampeona del mundo claro que tiene margen de mejora"

  • La jugadora formada en el IES La Orden va a competir ahora en Japón tras revalidar el título mundial "Todavía tengo que pulir los pequeños detalles, que muchas veces son los que marcan la diferencia", asegura

Carolina Marín volvió a escribir recientemente una página de oro en el deporte español al revalidar el oro en el Campeonato del Mundo de bádminton tras imponerse en la final en dos sets (21-16/21-19) a la india Saina Nehwal en Yakarta (Indonesia).

La onubense formada en el Recreativo IES La Orden puede responder con conocimiento de causa a la pregunta si es más fácil ganar un Mundial o revalidarlo: "Los dos títulos han sido muy complicados; el primero llegó sin ser favorita y con mucho esfuerzo; este segundo ha sido distinto porque me lesioné antes del Mundial y pasé por momentos difíciles, incluso estuvo en el aire mi participación; afortunadamente, todo salió bien y pude proclamarme campeona".

La preparación que siguió la onubense para afrontar el campeonato de Indonesia fue especial, incluyendo el trabajo con ventiladores, sábanas donde se proyectaban partidos... "Sí, todo eso es cierto; cuando me comentan que vamos a trabajar eso yo reacciono bien, no me parece nada raro. Se trataba de recrear las condiciones lo más parecidas posibles a lo que me iba a encontrar allí. El pabellón de Indonesia, al ser muy grande, tiene corrientes que pueden influir en la trayectoria del volante, y había que tenerlo todo previsto y controlado", destaca.

Al Mundial no llegó en las mejores condiciones físicas, pero lo compensó con una mentalidad ganadora y una capacidad enorme de lucha y de sobreponerse a todo, lo que todos los expertos consideran una de sus virtudes: "El tema psicológico lo trabajo una vez a la semana con Pablo del Río; la clave es aumentar la confianza y creer en lo que haces, en el trabajo que realizas. Se tiene que unir lo físico con lo mental".

En Indonesia era la rival a batir, lo que supone un grado extra de presión. "Eso es algo subjetivo, depende de cómo lo mires. Eres tú quien crea el grado de presión que quieres soportar; ese tema también lo trabajo con preparadores específicos y tiene una gran importancia".

Tras su segundo cetro mundial recibió innumerables felicitaciones. Las que más ilusión le hicieron fueron "las de gente relacionada con el deporte, sobre todo Rafa Nadal (su ídolo), Pau Gasol y toda la selección de baloncesto, las chicas del fútbol... han sido tantas que no he podido responder a todas".

¿Le felicitó también David Cabello, el presidente de la Federación Española de Bádminton?, de quien Carolina pidió públicamente su dimisión. "Sí, él estaba en el pabellón de Indonesia viendo la final; al acabar me felicitó y me dio dos besos".

El oro olímpico (el año que viene tiene como gran reto los Juegos de Río de Janeiro) puede tener más o menos el mismo grado de complicación, ya que en teoría las rivales serán prácticamente las mismas: "Pues no lo sé porque aún no lo he conseguido", asegura con buen humor. "Voy a seguir trabajando con ese objetivo y espero lograrlo".

¿Una bicampeona del mundo tiene mucho margen de mejora? "Sí, todavía tengo que pulir los pequeños detalles que muchas veces son los que marcan la diferencia. Para eso cuento con la ayuda de Fernando Rivas (su entrenador), que es quien me dice qué aspectos debo trabajar más y dónde tengo que mejorar".

Carolina Marín se ha convertido en un referente de la marca España, ya que sus triunfos y sus éxitos tienen repercusión internacional: "Yo me considero una persona normal. Es cierto que en algunos sitios, sobre todo en Asia, soy más conocida, me paran por la calle y me piden autógrafos, se quieren hacer fotos conmigo... pero la fama la llevo bien, lo considero parte del trabajo".

La onubense se encuentra todavía en España, pero en breve partirá para Japón, un torneo en el que el año pasado llegó hasta los cuartos de final (aunque entonces se celebró antes del Mundial). A partir de ahí tocará reunirse con su entrenador y planificar la próxima temporada. "La verdad es que casi nunca descanso. Soy joven y tengo una amplia trayectoria por delante; me gustaría seguir jugando unos 10 años más (el pasado 15 de junio cumplió 22 años), pero eso nunca se sabe", dice Carolina.

Uno de los inconvenientes que tiene que afrontar son los largos viajes para competir, generalmente en Asia: "A veces cansa, porque te puedes llevar un día o dos de viaje, pero al igual que la fama, hay que asumirlo como parte del trabajo. ¿Qué hago cuando estoy metida tantas horas en un avión? Pues lo primero intento dormir, descansar, ver alguna película, leer...".

El club que la vio nacer deportivamente, el Recreativo IES La Orden, ha propuesto al Ayuntamiento de Huelva que el Palacio de Deportes pase a llamarse Carolina Marín: "Por supuesto que me hace mucha ilusión esa iniciativa, es algo que agradezco y me gustaría que el Palacio llevase mi nombre. Me siento valorada y querida en mi tierra".

La volantista onubense sabe que el éxito es fruto de un trabajo de equipo; ella es la cúspide, pero mucha gente le apoya para que se mantenga en lo más alto: "Es muy importante el equipo con el que cuento; para conseguir todo lo que estoy consiguiendo tengo que tener unas cualidades, rendir a un gran nivel... pero todo eso es también gracias a quienes trabajan conmigo codo con codo, quienes me ayudan a superar los momentos malos. Una parte de la medalla de oro es también suya", concluye Carolina Marín, que no sabe aún cuándo podrá regresar a Huelva y tener unos días de un más que merecido descanso.

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