Fútbol l Trofeo Ciudad de Valverde

El Memorial Guti se queda en Valverde

  • La Olímpica ganó al Iliplense mostrando una pobre imagen · Los azulinos vencieron al Trigueros en semifinales

olímpica: Nacho; Prado, Mesa, Cristian, Raúl Gretener, Mantero (Rubén, min.62), Fabián (Juli, min. 78), Álex, Castilla (Muñoz, min.86), Fajardo (Dani, min.78); Álvaro (Garfia, min. 62). ILIPLENSE: Lin (Darío, min.73); Juanfe, Iván (Benito, min.60), Samuel, Lastra, Ginés, Pepe (José Antonio, min.50), Sergio, Queque, Maleón; Álex. Goles: 1-0 (11') Fajardo; 1-1 (70') Benito; 2-1 (81') Garfia; 3-1 (83') Castilla.

La Olímpica Valverdeña se adjudicó el pasado sábado el trofeo Ciudad de Valverde 'Memorial Guti', que organiza el conjunto valverdeño, tras vencer en la final al Iliplense por un engañoso 3-1.

Esta edición del torneo veraniego presentó un nuevo formato. Trigueros e Iliplense disputaron el viernes 6 de agosto una semifinal, mientras la Olímpica esperaba rival en la final, a la que accedería directamente por ser la escuadra anfitriona. Finalmente, en tercera posición concluyó el conjunto triguereño, que cayó derrotado en la tanda de penaltis ante el equipo de Niebla después de terminar el encuentro con empate a dos.

En la final, victoria y decepción valverdeña. La segunda edición del Memorial Guti fue un homenaje a lo anodino, insulso y desconcertante de los partidos de la pretemporada. El encuentro defraudó. Del Iliplense se esperaba una sumisión por categoría, pero de la Olímpica y sus fichajes se irradiaba un esfuerzo mayúsculo por agradar en su debut en el Javier López a metros y metros de escalones vacíos de aficionados. Porque lo de la afición es otro capítulo aparte.

Dos días de torneo y tan sólo un centenar de aficionados. Ni porque el trofeo fuera un tributo al fallecido lateral valverdeño; ni porque el cartel presentara a dos equipos onubenses recién ascendidos a Preferente llenos de ilusiones nuevas; ni porque el anfitrión, el primero de los conjuntos onubenses ante el poderío gaditano de la Andaluza pasada, presentara a sus caras nuevas, nada valió para correr hasta el templo valverdeño.

Será, tal vez, por el empacho mundialista, pero el Ciudad de Valverde el sábado fue un entrenamiento. Lo fue por público y también por juego. La Olímpica salió confiada en la victoria, y más tras los primeros minutos de juego y la ocasión inaugural de Castilla de cabeza. Premonición, ésta, del primer gol del partido, obra de Fajado. El '10' arrojaba a las redes una asistencia dentro del área de Fabián, que antes había recogido un servicio de 30 metros de Mantero a la espalda de la defensa.

El gol abría la lata y la cerraba automáticamente. El partido entraba en otra dimensión. Los valverdeños, muy lentos, eran incapaces de crear una jugada colectiva. La imposibilidad de creación se traducía en balones en largo sin efecto e imprecisiones continuas, propias de un partido de preparación pero excelsas en una plantilla como la blanquiverde.

Mientras, los azulinos esperaban en su zafarrancho, salían al contragolpe a cuentagotas, pero como en el último cuarto de campo, donde se marcan los goles, no aparecía nadie, pues vuelta a defender. Mejor dicho vuelta a la colocación. Con estar en el sitio adecuado, el conjunto de Niebla sobrevivía. Y tanto respiraba que encontró fuerzas al filo de la primera parte. Los azulinos finalizaron los primeros 45 minutos en el área de Nacho. Maleón, solo, mandó el balón a las nubes, y más tarde Álex estrellaba en el larguero un disparo lejano.

En Valverde no hubo descanso. Y no lo hubo porque no se remedió nada. El Iliplense se veía cada vez más capaz de hacer la machada, porque así lo avisaba un nuevo esférico a los palos de Álex.

La Olímpica se echaba atrás, partida en dos. Álex pedía trabajo a los creadores, ayer, sólo de desconcierto. Los valverdeños se sabían superiores y eso bastó para que Benito pusiera el empate. Lo vergonzoso, con un jugador menos en el campo por la autoexpulsión de Maleón, el mejor hasta el momento de los visitantes.

Ávila rota y manda a Fabián a la punta para que termine de perderse. Sin embargo, Castilla decide implicarse y cuando nadie lo esperaba, roba un balón en la medular, se lo da en largo a Garfia, que vuela hasta poner el balón sutilmente en la escuadra. El único homenaje que ayer se le dedicó a Guti.

Aquí se acabó el partido virtualmente, que no oficialmente. Aún hubo tiempo de otro gol, el tercero de Castilla a pase de la muerte de Juli. Con nueve jugadores sobre el campo por la lesión de Samuel, el Iliplense entregó el partido y el trofeo de campeón, que se quedó con pena en las vitrinas del club valverdeño.

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