Baloncesto

Ray Smith: "Quiero estar 4-5 años en Estados Unidos y luego venirme a vivir a Huelva"

  • "Aquí están dos de mis hijas y me siento muy vinculado a esta tierra", asegura el ex de El Monte-Huelva. "Para ser entrenador hay que saber mandar y tener un poco de mala leche, y yo no la tengo"

Ray Smith, en el Estrada durante el homenaje que le tributó el Ciudad de Huelva.

Ray Smith, en el Estrada durante el homenaje que le tributó el Ciudad de Huelva. / A. Domínguez

Ray Smith no necesita presentación en nuestra ciudad. Fue durante muchos años la pesadilla de El Monte Huelva cada vez que visitaba el Andrés Estrada, hasta que en la temporada 95/96 fichó por el equipo onubense para llevar el espectáculo al polideportivo de la avenida Pío XII; su fichaje marcó un antes y un después. Nada más llegar se convirtió en el ídolo de la afición, por sus actuaciones espectaculares y por su carisma entre el público. Viene a Huelva cada año, tiene a dos de sus hijas aquí y quiere volver dentro de cuatro o cinco años para quedarse definitivamente.

Su mejor recuerdo de hace 25 años cuando jugaba en El Monte Huelva es “la afición, era increíble el ambiente cada vez que jugábamos en el Andrés Estrada. Además, en Huelva están dos de mis hijas, Carolina (que le acompañó en el homenaje que recibió en el Estada) y Karmen (que no pudo estar porque desfilaba a esa hora en la pasarela de la moda en la Plaza de San Pedro), que han nacido aquí y me siento muy vinculado a esta tierra; mientras mi hija Shushyla está trabajando en Ibiza. Huelva es una ciudad tremenda; cuando dentro de dos semanas yo esté en Estados Unidos mi corazón estará aquí”.

El americano nacionalizado español se ganó pronto al público onubense, tanto por el espectáculo que daba en la pista como por su carisma y lo bien que se integró en la sociedad onubense. “Me gustan todas las tradiciones y fiestas, y lo mismo iba a El Rocío que a las romerías de la Sierra... a todos lados”.

Y pese a estar sólo un año como jugador en Huelva, fue rey mago (Baltasar) en la cabalgata de 1995. “Recuerdo que fue un día de lluvia y nos llevamos todo el día con el traje mojado. Fue una experiencia muy bonita; ese día Perico Rodri (alcalde) quería darnos de comer sólo un bocadillo, pero yo dije ¿dónde vamos todo el día con un bocadillo? Y nos fuimos arriba de El Corte Inglés y allí sí comimos bien”, recuerda.

Ray apenas tiene contacto con los jugadores de aquella temporada. “Sí tengo con Quique Chaves y con Juan Villegas, con el resto muy poco”.

En mi época fui un jugador un poco alocado, pero ya he sentado la cabeza"

Su presidente en aquella temporada fue Luis Ricca. “Tengo muy buenos recuerdos de él, siempre lo he dicho, él apostó por mi y estoy muy agradecido; él puede estar muy orgulloso de mi como persona. En mi época fui un jugador un poco alocado, porque todos los jóvenes son un poco loquillos, pero ya he sentado la cabeza y soy un hombre”.

Su entrenador fue Sergio Valdeolmillos. “No hablo mucho con él; lo veo en Facebook y de él también tengo buenos recuerdos, de nadie tengo malos recuerdos, porque el único loco fui yo”.

Mucha gente se pregunta por qué no siguió Ray Smith en El Monte Huelva. “Yo en ese momento, ya como español, quería jugar en la Liga ACB, era una gran oportunidad. Mi idea era volver a Huelva y retirarme aquí, ya tenía a Carolina y a Karmen aquí, pero me lesioné jugando con Unicaja y hubo que dar marcha atrás. Orense sí apostó por mi y me fui para allá”.

¿Cuánto cobraba Ray Smith aquel año en Huelva? “Muy poco, creo que fueron 150.00 dólares; en aquella época nadie ganaba mucho dinero en el baloncesto, sólo los que jugaban en Unicaja, Real Madrid o Barcelona, el resto de equipos no pagaban grandes cantidades. Ahora es distinto, cualquier jugador te cobra ya 300.000 dólares fácil. He ganado mucho dinero con el baloncesto, pero he gastado mas”, asegura entre risas.

Llegó a tener un contrato firmado con el FC Barcelona, pero no llegó a jugar con el club catalán. “Estuve viviendo un año en Andorra y eso complicó mi nacionalización; como estaba fuera de España se retrasaron los papeles porque para nacionalizarme tenía que estar viviendo aquí, y eso lo estropeó todo”.

Plantilla de El Monte-Huelva en la temporada 95-96. Plantilla de El Monte-Huelva en la temporada 95-96.

Plantilla de El Monte-Huelva en la temporada 95-96. / H, Información

Su retirada como jugador de baloncesto llegó con el Gibraleón, con el que anotó sus últimas canastas con 43 años. “Estuve allí con Quique Chaves, con Juli, con Andrés (Pérez Parra) como entrenador... fuimos allí unos ‘mataos’ a disfrutar del baloncesto un año y lo pasamos muy bien”.

Tras poner fin a su etapa como jugador, se fue a vivir “a Granada, a continuación estuve con Mike Smith en Sevilla entrenando chavales, y luego llegó un momento hace seis años en el que decidí irme a Estados Unidos; resido en Myrtle Beach, en South Carolina, y estoy muy feliz, vivo bien, tengo tranquilidad, la playa cerca para caminar... Ya no bebo, he dejado todos los vicios salvo fumar, me dicen que tengo que dejarlo, pero no soy obediente”, reconoce con buen humor.

Huelva es una tierra que le sigue tirando mucho. “Cada año vengo, salvo el pasado que no pude por la pandemia; sí he pasado miedo con el covid; allí en Estados Unidos hay mucha gente un poco loca que no se quiere poner la vacuna; yo sí me la puse en cuanto me tocó, porque tenía claro que quería volver a España y era necesaria para viajar”.

Sus planes de futuro los tiene claros. “Me gustaría estar cuatro o cinco años más en Estados Unidos y luego venirme a Huelva a vivir aquí; no estoy seguro de lo que haré cuando venga, pero aquí se vive muy bien, es un buen sitio; además en Estados Unidos hay más violencia, todo el mundo lleva armas...”.

¿No hubiera sido Ray Smith un buen entrenador? “Quizás sí, pero no he tenido paciencia; como todo el mundo sabe, yo no era muy bueno entrenando y cómo le voy a exigir a un chico que corra y se sacrifique cuando yo no lo hacía. Yo sí sé de baloncesto, tengo una mentalidad tremenda para este deporte, sé quién es bueno, quién vale... pero no sé mandar y para ser entrenador hay que tener un poco de mal carácter, de mala leche, y no creo que yo la tenga. Sí podría ser directivo o director deportivo, eso sí podría hacerlo y si es en Huelva, perfecto”, añade.

Considera que la ciudad de Huelva “ha cambiado mucho en estos 25 años; estos días estoy paseando mucho y se nota el cambio para mejor, me gusta cómo está; siempre ha sido una ciudad pequeña pero bonita, no me gustan las grandes ciudades, hay mucho agobio”, comenta el ala-pívot.

Ray Smith, que ya sólo practica la natación, considera “una pena” que en Huelva no haya al menos un equipo en LEB Plata, porque afición hay. “Pero soy optimista, porque creo que Antonio Gómez y la gente con la que trabaja van en el buen camino”.

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