Deportes

"El Enrique Benítez se merece un respeto que no hemos tenido"

  • A sus 60 años deja los banquillos después de más de 44 vinculado al deporte de la canasta

  • Quiere tomarse un tiempo de descanso antes de decidir qué hará a partir de ahora y si continúa ligado a su actual club

Javier Rodríguez Walls, durante un tiempo muerto esta temporada en el Andrés Estrada con el Huelva, su club las ocho últimas campañas.

Javier Rodríguez Walls, durante un tiempo muerto esta temporada en el Andrés Estrada con el Huelva, su club las ocho últimas campañas. / h. información

Javier Rodríguez Walls (14 de septiembre de 1957) lo deja después de 44 años. Hombre de baloncesto en estado puro, el pasado sábado disputó en Melilla su último partido como entrenador. Atrás queda una amplia trayectoria en clubes como Maristas, Gilest (masculino), Atalaya, Politécnico de La Rábida, escalafones inferiores del Gil Martín, Funcadia, Punta Umbría, Cajahuelva, Ciudad de Huelva y los últimos ocho años en el Enrique Benítez. Además ha sido director deportivo y agente de jugadores.

Se retira "porque cuando tu cerebro le da órdenes a tus piernas y no responden es complicado continuar; y si se une que el cansancio también es de ánimo, de moral, pues ha llegado el momento justo de dejarlo".

He sido director deportivo y agente de jugadores; en ambos casos empecé con ilusión pero terminé quemado"

Entró en el mundillo de la canasta "a los 8-9 años, cuando fui a ver un partido de mi hermano Miguel Ángel; luego también influye que he estudiado en los Maristas, donde fui coordinador de baloncesto; pertenecer a Maristas implica que tu formación deportiva va unida a la del colegio".

Jugó como base: "siempre me ha gustado mandar; era más ofensivo que defensivo; siempre se ha dicho que el base es el más inteligente", destaca con buen humor.

Su trayectoria en los banquillos comenzó a los 16 años cuando "unos amigos se quedaron sin entrenador y siendo aún jugador júnior, vi que me gustaba más entrenar y dirigir que jugar. Ese año tuve dos equipos, el cadete de Maristas y un infantil del Atalaya Maristas; en éste último equipo debuté en un partido contra el Gilest, hace 44 años. Entrenaba pero sin título, porque oficialmente no podía hacerlo hasta tener 18 años. En aquel tiempo Boby era el presidente de la Federación Onubense y me saqué el título con 19 años, en 1976, año de fundación del Club Huelva 76. Ahora se hace un curso cada año, pero entonces era cada cinco o seis años, tenía que venir alguien de fuera expresamente para darlo y en mi caso me tocó el entrenador del Breogán de Lugo. Ahora los chavales hacen los cursos para buscar créditos, pero en aquella época estábamos los que queríamos entrenar", recuerda.

No toda su trayectoria en el baloncesto ha estado ligada a los banquillos, ya que tuvo "un parón cuando fui director general del club; y luego otro cuando ejercí como agente de jugadores, no me parecía ético compaginar ambos cargos". Ha sido de todo, menos presidente. ¿Lo será del Enrique Benítez? "Espero que no; he sido directivo en varios clubes, pero nunca presidente. Además estuve en varios procesos de fusión como el de Gilest y Conquero; el del Atalaya; también directivo de la Federación Andaluza y de la Española, seleccionador en distintos niveles, director de cursos, organizador de las 24 Horas de Huelva, que no se han vuelto a celebrar...".

Su faceta como director deportivo y como agente le dejó un sabor amargo porque "en ambos casos me pasó lo mismo; empecé con mucha ilusión pero terminé quemado, siempre he visto que no era mi sitio. Estuve 11 años de agente de jugadores y 6-7 de director, pero hay determinadas cosas que no soporto de ambos cargos. Como director fue la poca ambición por los proyectos de la ciudad, la poca empatía de la gente de Huelva con sus cosas; y como agente, tienes que ser un pirata para trabajar en ese mundo y decidí no serlo".

¿Qué jugadores le han dejado huella en sus 44 años de baloncesto? "A nivel local me quedo con Antonio Márquez y Cristóbal Rojas, a los que he podido entrenar y que han marcado época; en el exterior, tres jugadores de mi época dorada, cuando veía partidos de la NBA: Michael Jordan, Larry Bird y Drazen Petrovic. En cuanto a americanos me quedo sin duda con Ray Smith, el jugador con más talento que he visto. En el cómputo jugador-deportista destaco a Jimmy Oliver, un jugador bestial. Y a nivel nacional, Fernando Martín y Juan Antonio Corbalán, dos jugadores que han dotado a este deporte de otras características, uno del cuerpo y otro de la cabeza".

Algunos jugadores le han decepcionado: "Siempre he intentado entender sus reacciones, porque partes de que los jugadores son egoístas por naturaleza y todo lo que venga después es bueno. Con algunos he terminado mal, pero con el paso del tiempo hemos recapacitado. En mi época de agente, he ido a boda de jugadores, al bautizo de sus hijos, he sido como un padre... y luego me han abandonado por 500 euros más al mes. En este mundillo profesional no tienes amigos y eso es lo que me hizo abandonar la faceta de agente".

Entre todos los equipos a los que ha prestado sus servicios se queda "con el Maristas 88, el que más me ha marcado tanto en lo deportivo como en lo afectivo; ahí estaban mis hijos y no es que me propusiera entrenarlos, pero se dieron las circunstancias y pasé tres años con ellos. También recuerdo con cariño la época antigua del Funcadia de minibasket. En mis tres años en Punta Umbría me realicé mucho como entrenador y lo más reciente es el Enrique Benítez, con la victoria que logramos en Sénior Provincial con un equipo de chavales recién creado en Las Américas. Y por último, me quedo con nuestro inicio en la Primera Nacional, cuando hay un salto cualitativo con la llegada de Antonio Gómez, Javier Montaner, José Rojas y Gonzalo Ávila; son parte importante en el inicio deportivo de este club".

Si no existiera el baloncesto en su vida "seguramente me habría dedicado a mi otra gran pasión, la minería. Estuve 10 años trabajando en La Zarza, abandoné mi profesión de jefe de relevos en la mina y me vine de segundo entrenador y para ayudar al gerente del club. Había estudiado para eso, aunque esos años me servirán para jubilarme antes", comenta entre risas.

El futuro se presenta con muchas incógnitas y el propio Rodríguez Walls no sabe si será una desconexión total o parcial del baloncesto: "Esta mañana ha sido la primera vez en diez días que al levantarme me he dicho: 'la cantidad de tiempo que voy a tener para otras cosas' y no se me ha venido a la cabeza ninguna, sólo veo balones y pabellones. Uno de los proyectos que me gustaría hacer es escribir un libro del baloncesto que yo he conocido en Huelva. Ahora me tomaré un rato sabático, no sé cuánto. Me gustaría estar un tiempo sin hacer nada porque mis últimos ocho años en el Enrique Benítez han sido muy duros en todos los sentidos, todos han visto mi parcela de entrenador, pero he sido algo más que eso en el club. No sé si seguiré vinculado de alguna forma al Enrique Benítez, cuando lo decida los directivos serán los primeros en enterarse".

¿Le quedan asignaturas pendientes en este deporte?: "Sí, dos. Una dolorosísima, que he intentado en los últimos cuatro años y es intentar fusionar todo el baloncesto masculino y femenino de Huelva capital en un gran club que nos represente por Andalucía y España. ¿Qué ha fallado? Nosotros no, quizás no hemos tocado las personas o la tecla correspondiente, pero no se puede culpar a nadie, no se han dado las circunstancias adecuadas. El acuerdo no ha sido posible más por cuestiones personales y particulares que por las ganas de desarrollar un proyecto unido".

"La otra asignatura pendiente -añade- que me llevo es no haber sido capaz de llegar a las personas que hay que llegar para que te hagan caso. Huelva, para ser de primera, tiene que ser de primera en todo, no sólo en el AVE, hay cosas que se pueden hacer con poco dinero. El proyecto del Enrique Benítez, con poco dinero, estaría en LEB Oro o Plata; tengo envidia sana de Granada, que empezó con nosotros y está ya en LEB Oro y todas las administraciones se unen para apoyarle. A nosotros (Enrique Benítez) nunca, insisto, nunca, ha venido ningún miembro de la Corporación a ver un partido nuestro. El único que ha acudido ha sido el diputado de Deportes, Paco Martínez Ayllón, pero nadie más y mi club, por lo social y lo deportivo, merece un respeto que no hemos tenido", se lamenta el ya ex entrenador onubense.

¿Teme por el futuro del Enrique Benítez? "No, porque la junta directiva está capacitada. Con un poco más de ayuda estaríamos luchando por el ascenso, pero con un presupuesto de poco más de 100.000 euros para todos los equipos del club, es francamente difícil hacerlo mejor de lo que lo hemos hecho".

Sobre el estado de salud del baloncesto en Huelva, Rodríguez Walls manifiesta que "en Huelva y provincia el nivel deportivo de los clubes es espectacular, ha crecido muchísimo sobre todo en la provincia y hay sitios que tienen salud asegurada para muchos años como La Palma, Lepe, Palos y varios más. En la capital, independientemente del trabajo de cantera del Conquero y del CD Huelva, el futuro debe pasar por un trabajo en común. La Federación Onubense de Baloncesto está haciendo un gran trabajo, pero debe hacer un esfuerzo para llegar a los clubes más pequeños que menos recursos tienen".

La pregunta del millón: ¿Cuándo volverá a tener Huelva un equipo en la LEB? "Por ilusión diría que el año que viene, pero siendo realistas puede que no lo volvamos a tener. Todo dependerá de que alguien quiera mirar al baloncesto masculino en la capital. Es imposible que un club, por cantera, llegue a LEB Oro o LEB Plata sin el apoyo de las administraciones, y no digo que tengan que poner el dinero, sino que abran puertas. Todo pasa por que alguien quiera...", concluye.

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