El Cerreño encadena tres empates consecutivos en casa en unas jornadas en las que les cuesta encontrar ese juego vistoso y alegre al que tan aficionado tiene a la concurrida afición cerreña. Los primeros 45 minutos fueron lentos y de poco fútbol, sin ocasiones de gol y con poca continuidad en el juego. Kuliki, llegando el meridiano de la primera parte, logró perforar la meta contraria, pero la bandera arriba del asistente decretaba un fuera de juego muy protestado en el bando local. En el 35, en la primera ocasión con claro peligro del Mazagón, iba a servirle para ponerse por delante al equipo visitante. Enrique, libre de marca, solo en el área pequeña, empuja el balón al fondo de las mallas. A partir de entonces el Cerreño empieza a dar continuidad a las jugadas y a poner cerco a la portería de Olmedo. Kuliki la tuvo en el 41, pero el portero evitó, con sendos despejes, que el balón entrase en la portería. En el 44 paradón soberbio de Olmedo a tiro de Javi Simó.

En la segunda mitad, un Cerreño en tromba, buscó la portería del Mazagón acumulando llegadas para lograr el empate. Tanto que, en el 54, Juanma, de fuerte cabezazo, logró el 1-1. Ahora sí los locales ponían cerco a la meta de Olmedo, que veía como el ataque cerreño era continuo y con mucho peligro. En el 65 se pidió con insistencia penalti por manos de Rafa Gil, que el colegiado no decretó. La tuvo en el 70 David Pereira, a portería vacía, pero se quedó sin ángulo de tiro, mandándole el cuero a Kuliki que, con todo a su favor, manda el esférico fuera del marco. El marcador no se movería.