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El Cartaya suma un punto en su debut en casa

Un momento del encuentro entre el Cartaya y el Gerena.

Un momento del encuentro entre el Cartaya y el Gerena. / M.G. (Cartaya)

A los diez minutos de partido el Cartaya se percató que la fiera que tenía enfrente no estaba con los colmillos como se dibujaba en un principio. Así, el conjunto de Limón, se echó el partido a cuestas y, a base de empujar, solo con eso, provocó acercamientos varios que no llegaron a ninguna parte porque a veces, los futbolistas confunden el mensaje. Una cosa es aplicarse en defensa, como pide Limón, y otra es no hacerse amigo de la pelota. Y así interpretó el Cartaya el partido en la primera mitad, a empujones.

Dominar la presión es una de las virtudes que hay que poseer para llevar  cabo un buen trabajo. No está al alcance de cualquiera salir al campo sonriendo al mismo tiempo que concienciado. Por eso los futbolistas se dividen en categorías, si no, todo el mundo jugaría en Primera División. Hay excepciones, sin duda. Y en cualquier sitio te puedes encontrar a uno o varios que rompen la regla y asoman con más fundamentos. La primera parte de Ulloa fue sublime, excepcional. El problema es que no tuvo acompañamiento. El hispano-chileno fue el único que entendió que para jugar al fútbol hay que echar el balón al piso, tocar y moverse y crecer en torno a la pelota. Todo lo demás fue a mil por hora pero sin rumbo.

Mientras, el Gerena, que está en fase de adaptación a todo lo que le ha ocurrido durante el verano, se sostenía despejando todo lo que se acercaba por su área. La única amenaza era Cascajo, bien controlado por los centrales del Cartaya, con Cerpa en la desesperación en el centro del campo porque no le devolvían lo que él mandaba. Ya me entienden. Sin embargo, la mejor ocasión fue para el conjunto sevillano después de la única duda que provocó la defensa local. El balón no acabó en la red de puro milagro. El caso es que los primeros 45 minutos determinaron lo que ya intuíamos. El Cartaya para competir, tiene que dejarse el alma.

Viendo Limón que su equipo estaba carente de artistas, retiró en el descanso a Mario Tenorio y Asuero y dio entrada a Mario y Miguel Fernández, recomponiendo de esta forma medio centro del campo. Y la tónica fue parecida. El Cartaya empujando, Ulloa jugando al fútbol y el Gerena a la espera porque ayer, no tenía más cera que la que ardió.

Sucesión de cambios con el paso de lo minutos y el minuto 69 pudo ser decisivo pero lo impidió la colegiada, que no señaló un penalti clarísimo sobre Adrián que despertó la ira del respetable, con toda la razón del mundo.

Los últimos minutos sobraron. Entre otras cosas porque Ulloa ya estaba fundido y pedirle más hubiera sido una injusticia. El caso es que el Cartaya no pasó del empate y solo por el empuje y el penalti no pitado mereció algo más. La vida va a ser dura y el invierno largo. Lo bueno para el Cartaya es que ya lo sabe.

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