División DE HONOR

El Cartaya suma en Rota su tercera derrota consecutiva

Sebas trata de controlar el balón en un partido de esta temporada.

Sebas trata de controlar el balón en un partido de esta temporada. / Josué correa

Voy a intentar que no se me caliente la pluma, aunque será complicado porque hay cosas que pasan de castaño oscuro y no se les adivina el remedio. El Cartaya, que empezó como un tiro la competición, se ha caído de forma lastimosa, lamentable y ridícula en las tres últimas jornadas. La opinión general sobre el equipo que entrena Limón es que tiene, probablemente, el mejor once de la Liga. El problema radica cuando de ese once se le cae alguno. En esta ocasión, en Rota, tres jugadores. De ahí el tres a cero en contra y de ahí la impotencia de un equipo que no le hace ni tan siquiera cosquillas a los contrarios. El resumen es el siguiente: tres partidos, tres derrotas, siete goles y en contra y cero a favor. Las estadísticas son aterradoras.

En Rota, Manuel Juan Limón tuvo las sensibles bajas de Fernando Vaz, Manuel y Souto y el Cartaya fue tan vulgar que el Rota, sin casi despeinarse, jugando al tran tran, le hizo tres y pudo caer alguno más si no llega a ser por san Víctor Bocanegra, que para mucho pero no puede hacerlo todo él.

El partido arrancó bajo un fuerte viento a favor del Cartaya. Y ahí se esperó un empuje que nunca existió realmente, porque el Rota se manejó en medio del temporal atmosférico con naturalidad, a la espera. Tras un intercambio de golpes al aire, a los 14 de partido irrumpió Ramón, dejó atrás a Francis Ruiz y Bocanegra evitó el gol con un paradón de su firma, siguió la jugada, centro desde la derecha y remate con el flequillo de Lara. Uno a cero. Primera llegada y gol. Minuto quince de partido. El Cartaya tiene ahora mismo tan bajo de moral su espíritu que el aire del Estrecho lo tumba. Y hubo Poniente de los que afeitan el bigote.

El Cartaya lo intentó en el tramo final de la primera parte y la tuvo Sebas a la salida de un córner. Le faltó medio centímetro más para rematar el centro de Lolo.

En la segunda parte los locales, empujados por el aire y por la inercia, se pusieron manos a la obra y casi desde el vestuario marcaron el segundo. Otra vez Luis Lara. Agujero profundo en la banda izquierda del Cartaya, centro de Harana y remate de puntera del delantero. Era el principio del fin.

El resto del partido fue un suplicio porque cada vez que salía el Rota a la contra había gente rezando, gente de camisetas rojas, se entiende. Y a falta de siete minutos para el final, Guille redondeó la cuenta local con el 3-0. Por medio, otro paradón de Bocanegra.

Así acabó la historia, en decepción. Y dejando claro que a día de hoy el Cartaya no tiene fondo de armario y así es imposible soñar con nada.

Tercer gatillazo consecutivo y lo peor es la imagen que está dejando. Limón tiene la palabra y debe hacer uso de ella. No sé si la caída en picado tiene explicación futbolística. Pero el entrenador es el máximo responsable para lo bueno y para lo malo. Y ahora mismo todo es malísimo.

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