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Cartaya-Bollullos: Partido dramático para los rojinegros, en puestos de descenso

Un encuentro del Cartaya en el Rodríguez Salvador.

Un encuentro del Cartaya en el Rodríguez Salvador. / Fran Oliva

Hay quien le mete disculpas a todo sin tener en cuenta un análisis exhaustivo. Vaya por delante que la economía manda y los rectores del club se marcaron como primer objetivo limpiar el camino de espinas. Pero claro, luego está la afición, que a veces no entiende de números y acude al campo con la ilusión de ver a su equipo ganar. Independientemente de lo económico, más del sesenta por ciento de la plantilla es la misma que descendió la pasada temporada, salvado el asunto por una amnistía de la federación, que hizo reformas sin anunciar previamente a los albañiles. A eso se une que han llegado futbolistas de otros equipos que se salvaron en tabla y otros sin experiencia alguna en esta categoría, que ya sabemos cómo se las gasta. La deducción es categórica. No extraña que a estas alturas el Cartaya camine en el alambre, penúltimo con solo 10 puntos en 12 jornadas. Para colmo, hay futbolistas con problemas físicos que se saben desde hace mucho. Y para más inri, uno de ellos, Adri, ha renunciado a seguir porque no supera los problemas. Como ven, el Cartaya, ahora mismo, es el Muro de la Lamentaciones. Otra cosa es que en adelante salga el sol y haya mejoría.

Los de Limón no ganan desde el partido ante el Sevilla C, suman dos triunfos, cuatro empates y seis derrotas. Es cierto que el equipo no tira nada, compite los partidos y apenas encaja, pero no marca, y eso es un dilema que no alcanza a descifrar.

Vamos con el rival, que se las trae aunque en los últimos tiempos no le ha ido muy bien en Cartaya, sobre todo con Mario Rodríguez a los mandos de las operaciones. El equipo condal está paseando por las nubes a este tiempo de la Liga, cuarto con 22 puntos y tiene un pensamiento de juego camaleónico que ha ido puliendo con el tiempo. El gallego se percató que no se puede aspirar al encaje de bolillos en cualquier superficie y en cuando el equipo se ha percatado de ello, las prestaciones han cotizado al alza. Por eso motivo y por el lamentable estado del campo, se espera un Bollullos pragmático, a la espera de que el Cartaya se equivoque para asestar golpes a su espalda y nunca mejor dicho.

Ganar para el Bollullos es salvar un obstáculo importante por los precedentes y perder para el Cartaya sería como empezar a condenarse y que el club tenga que replantearse su estrategia. Todo lo que no sea ganar para los rojinegros sería aumentar el drama que le envuelve. Así que, teniendo en cuenta todos los factores, es posible que se anuncie un partido entre la estrategia y la sonrisa maligna. Es un derbi. Con todo lo que ello conlleva. Y eso comporta que los entrenadores no tendrán que esforzarse mucho en la motivación por la cita motiva ya por sí misma.

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