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Brusco adiós al liderato

  • Un error, el mal juego y el árbitro sentencian al Cartaya

El técnico de la AD Cartaya, Manuel Juan Limón.

El técnico de la AD Cartaya, Manuel Juan Limón. / josué correa

Hay partidos que vienen de nalgas. Y hay partidos que vienen así y tú lo enredas aún más. Y si sumas al enredo al árbitro, entonces palmas por tres a cero y acabas con expulsados, con el partido en el Rosario de la Aurora. Eso le pasó al Cartaya en Castilleja, donde se dejó el liderato y sumó un impresionante dolor de cabeza. Vivió una pesadilla, en toda la extensión de la frase.

A los 16 de partido, con el choque en el control, un error de Francis Ruiz, que nunca falla, propició el primer gol local y a partir de ahí fue un cúmulo de circunstancias que se alinearon todas en contra del equipo de Limón. La primera de ellas es que se fue del partido de forma lamentable. Fue como si las neuronas comenzaran a patinar. De lo contrario no se entiende tanto desaguisado, empezando por la reiteración de protestas al colegiado, que sacó el fusil y comenzó a dispararle a todo lo que se movía vestido de rojinegro.

El árbitro, que atiende al nombre de Mármol Cabrera, fue una calamidad en toda regla. Aplicó el reglamento como le dio la gana, se tragó sin masticar un penalti sobre Sebas al filo del descanso que pudo cambiar el viento y se hartó a sacar tarjetas en un partido de guante blanco. Nueve vio el Cartaya, incluidas dos rojas. Y cuatro los locales, aunque este término fue para disimular un tanto el daño.

Antes de eso llegó el segundo local por medio de Pablo. Era el 40 de juego y al Cartaya comenzaron a entrarle sudores fríos. No era sólo por el resultado, sino por las sensaciones, todas ellas vestidas de negro. A ese punto, entre el mal juego, los errores y el colegiado, el Cartaya estaba literalmente fuera del partido. No sé si los jugadores metieron la cabeza en hielo en el descanso. Pero si lo hicieron no sirvió de nada. En el partido volvió a comparecer el mismo Cartaya, plano y timorato, desconocido, con el Castilleja a mil por hora. La sobreexcitación mental suele pasarte factura y el Cartaya estaba en el camino de la perdición.

El paso de los minutos no hizo sino confirmar el pésimo día rojinegro. El Castilleja siguió manejando todo el entorno y acabó marcando el tercero. Y claro, de la rabia se pasó a la impotencia y de la impotencia al descalabro total. Fuera del tiempo fueron expulsados Benítez y Bocanegra. El primero soltó el brazo cuando debió meterse las manos en los bolsillos y el segundo ya venía caliente desde antes y ardió en llamas. El resumen es que un mal día lo tiene cualquiera, pero al Cartaya no le puede pasar más lo de Castilleja. Se puede perder un partido, pero no se puede comenzar a perder el siguiente.

La Palma no pudo sumar en su visita a Pozoblanco, a pesar de que los palmerinos se adelantaron muy rápido en el marcador con un tanto de David García. Los locales hicieron el 2-1 a once minutos de la conclusión.

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