Andalucía

Tres de las cinco masas de agua de Doñana están sobreexplotadas y una, contaminada

  • Los acuíferos que mantienen vivo el humedal menguan desde los años ochenta

  • El de la Rocina es el que se encuentra en peor estado, en "riesgo de no alcanzar el buen estado químico"

Masas de agua de Doñana afectadas. Fuente: WWF.

Masas de agua de Doñana afectadas. Fuente: WWF. / Departamento de Infografía

Las masas de aguas subterráneas que alimentan Doñana son las responsables de este humedal que juega un importante papel en las poblaciones de aves de toda Europa occidental, son las que mantienen el cauce de los ríos, afloran como surgencias en modo de lagunas y alimentan a la marisma. Según la clasificación hidrológica nacional, es el acuífero 27, que se divide en cinco masas de agua, de las que tres están sobreexplotadas y una de ellas, contaminada por nitratos proveniente de la agricultura. Sin agua en el subsuelo y con escasez de lluvias, Doñana es en la actualidad un parque natural donde hay que alimentar y dar de beber a parte de la fauna en abrevaderos.

Situación del acuífero subterráneo de Doñana. Fuente: WWF. Situación del acuífero subterráneo de Doñana. Fuente: WWF.

Situación del acuífero subterráneo de Doñana. Fuente: WWF. / Departamento de Infografía

En este doble contexto -de sobreexplotación del acuífero y de sequía meteorológica- en el que se discute en el Parlamento andaluz una ley para legalizar unas 800 hectáreas que riegan sin autorización. Los grupos de la Cámara presentarán este martes el listado de expertos y afectados que desean que intervengan en un trámite que, no obstante, irá por la vía de urgencias.

Situación de los cultivos en la Corona Norte de Doñana. Fuente: WWF. Situación de los cultivos en la Corona Norte de Doñana. Fuente: WWF.

Situación de los cultivos en la Corona Norte de Doñana. Fuente: WWF. / Departamento de Infografía

La red de piezómetros que hay instalada en el parque viene dando cuenta del descenso de la capa freática desde los años ochenta, con independencia de los ciclos secos y húmedos. La situación se agravó a principios de este siglo, cuando la comarca del Condado desarrolló un importante cultivo de la fresa -hay sembradas 11.802 en toda la provincia de Huelva-, que venía a sumarse a la explotación de cinco pozos para abastecer a Matalascañas y a la interrupción del caudal del Guadiamar, separado por un muro del conjunto de la marisma. En 2020, que fue un año húmedo, el conjunto del acuífero estaba peor que en 1995, cuando toda Andalucía sufrió una de las sequías más graves del siglo

Evolución de las precipitaciones en Doñana. Fuente: Junta de Andalucía y Estación Bioclimática de Doñana Evolución de las precipitaciones en Doñana. Fuente: Junta de Andalucía y Estación Bioclimática de Doñana

Evolución de las precipitaciones en Doñana. Fuente: Junta de Andalucía y Estación Bioclimática de Doñana / Departamento de Infografía

Las cinco masas, citadas desde oeste a este, son las de la Rocina, Almonte, Marismas, Manto Eólico Litoral y Marismas de Doñana. Las tres primeras están sobreexplotadas por la agricultura, son las más cercanas a los cultivos que se extienden más allá del área protegida, aunque comparten el mismo acuífero. En 24 de agosto de 2020, el BOE publicó la declaración peligro de estas tres masas, lo que impiden nuevas concesiones, así como el desarrollo de un plan para liberar al acuífero de la extracción mediante pozos. De esta certeza es de la que nació el proyecto de trasvase desde la cuenca del Odiel, Piedras y Tinto, un total de 19,9 hectómetros cúbicos anuales que servirían para desenganchar las explotaciones del acuífero, mediante el aporte de agua de la demarcación excedentaria. Aunque la del Odiel, Tinto y Piedras también está afectada por la sequía actual, en años pasados se llegaron a trasvasar hasta 7,5 hectómetros.

Situación de sequía en Andalucía. Fuente: Junta de Andalucía y Estación Bioclimática de Doñana Situación de sequía en Andalucía. Fuente: Junta de Andalucía y Estación Bioclimática de Doñana

Situación de sequía en Andalucía. Fuente: Junta de Andalucía y Estación Bioclimática de Doñana / Departamento de Infografía

Algunas fuentes de los agricultores de Almonte, contrarios a la ampliación de regadíos que promueve el Gobierno andaluz, sostienen que los 19,9 hectómetros no bastarán para las 9.450 hectáreas de frutos rojos que hay en la zona. La legalización que pretenden PP y Vox en el Parlamento andaluz se extiende a otras 700 u 800 hectáreas que se riegan sin concesión, y a las que se pueden sumar otras tantas hasta llegar a 1.500 hectáreas.

De las tres masas afectadas, la de la Rocina es la que se encuentra peor, ya que a un índice de explotación del 95%, se le une un alto nivel de nitratos que proceden de la agricultura. La de Almonte se sitúa al 78%, y la de Marismas, al 125%. Junto a estas dos últimas masas se cultivaron algunas de las mayores fincas de frutos rojos. Una de éstas, Cortijo los Mimbrales fue comprada por el Estado en 2005 por 50 millones de euros para liberar las 950 hectáreas de cítricos con derecho a seis hectómetros cúbicos anuales.

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Las otras dos masas son la de la Marisma de Doñana y la del Manto Eólico Litoral. La primera de ellas está separada de la superficie por una estrecha capa de arcilla, por lo que no es tan palpable como las anteriores. La del manto eólico se encuentra, de modo oficial, en buen estado, pero hay indicios de que el nivel freático también baja de modo alarmante.

Es en esta zona donde se encontraban algunas de las lagunas de agua dulce más estables del parque. La más importante de ellas es la de Santa Olalla, pero ésta ya se secó durante el verano pasado. Otras han pasado a quedarse sin agua de modo habitual. La razón de ello puede estar en las extracciones de la cercana urbanización de Matalascañas, que toma unos cuatro hectómetros cúbicos anuales para dar de beber a la población.

El plan del Ministerio de Transición Ecológica pasa por cerrar los cinco pozos de Matalascañas, aunque la urbanización se abastecería de agua subterránea obtenida en puntos más lejanos al parque. Otro asunto pendiente que este plan indica, pero que aún no se ha resuelto, es el del muro del río Guadiamar. Históricamente, este era el mayor aporte de Doñana, pero se calcula que de un volumen de 289 hectómetros cúbicos se ha pasado a los 82, debido a esta barrera física. Este muro, conocido como el de la Confederación o de la FAO, se levantó en la década de los cuarenta del siglo XX y, en parte, ya ha sido derribado.  

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