El proceso de internacionalización es irreversible, no hay vuelta atrás, somos y seguiremos siendo interdependientes, pero el fenómeno de la globalización, tal como está concebido, con el tremendo peso de economía financiera, es desigual y está dejando a mucha población en la cuneta. Ésa es, según Felipe González, una de las causas del surgimiento de los populismos en el mundo, del cual la victoria de Donald Trump en Estadios Unidos es el último hito. En su opinión, contra los populismos no basta "avisar de que viene el lobo" porque sus votantes saben que, posiblemente, no van a resolver las cosas tal como explican, sino que es necesario rescatar las políticas de cohesión social, "la socialdemocracia del siglo XXI". En Estados Unidos, por ejemplo, el presidente Obama abordó la crisis económica de modo contrario al de la Unión Europea, mediante una política económica expansiva desde el primer momento y con una fuerte expansión del gasto público. Consiguió mantener las cifras de desempleo en unos porcentajes envidiables para Europa y salió de la crisis antes que el Viejo Continente, pero su historial no le ha servido a Hillary Clinton para que los demócratas sigan en la Casa Blanca. "No amenace más con que viene el lobo, lo que hay que hacer es incluir a la gente que lo pasa mal en políticas activas; si no queremos populismos hay que recuperar el espacio de la centralidad para los ciudadanos", dijo.

En contra de una opinión extendida que sostiene que Trump no llevará a cabo el programa electoral con el que ha ganado las elecciones, Felipe González opina que sí, que hará todo lo que pueda, aislará a Estados Unidos, elevará los aranceles, tratará de echar a los emigrantes sin papeles y levantará más barreras con México. "Es curioso que toda la esperanza que se tenga es que Trump no cumpla su programa", indicó. En su opinión, se está respondiendo con dos actitudes equivocadas: el apaciguamiento y el aprovechamiento. El apaciguamiento es una estrategia similar a la que el primer ministro británico Neville Chamberlain intentó con Hitler, dejarle hacer un poco -en aquel caso, comerse parte de Checoslovaquia- con la esperanza de que no llegaría a más. La conferencia de Múnich, donde Francia y el Reino Unido creyeron haber conseguido una paz, se reveló como un fiasco cuando Alemania invadió Polonia.

La otra actitud, según González, es la del aprovechamiento que otros populismos emergentes hacen de la victoria de Trump, en referencia a Nigel Farage en el Reino Unido, Le Pen en Francia o Putin en Rusia. "Ambas actitudes coinciden en una pinza perfecta", valoró el ex presidente. González no hizo distingos entre populismos de izquierdas y de derechas. "Lo que a los socialdemócratas nos fastidia son los populismos de izquierdas y de derechas", añadió. Su posición es que hay que evitarlos antes de que logren gobernar, porque después es muy difícil que la población los termine echando. Sostiene que el único país donde la gente está saliendo a la calle para acabar con ellos es en Venezuela, un país que ve destruido en lo social, económico e institucional.