Lo nuestro es una aventura solitaria.Aquí comenzó a jugarse al fútbol y el Recre fue un referente del deporte español. Jugadores ingleses y onubensesforjaron el club albiazul.Asimismo, el tenis también fue pionero a nivel nacional, junto al criquet, el croker y casi las primeras carreras de caballos, el tiro de pichón, el basquet, la natación, el remo, el billar...

Inconcebible que desde una pequeña villa se iniciaran los primeros pasos de lo que años después llegarían a ser considerados como un valor indiscutido, tanto en la formación integral de la persona como en la generación de empleo y riqueza.

La pena es que, habiendo sido aquellos extravagantes seres los que dieron a conocer tan novedosas disciplinas en condiciones paupérrimas, todo ello se perdiera por una inconcebible falta de simple perspectiva.

Pasado el tiempo, y sin ningún apoyo institucional o empresarial, la Marca Huelva ha conseguido situar en la élite mundial a una serie de esforzados onubenses que por su propio esfuerzo y el apoyo económico familiar sacan a nuestra tierra del oscurantismo deportivo y la sitúan a nivel de competitividad internacional hasta dejar avergonzados a quienes tienen la obligación de estimular, fortalecer y subvencionar a quienes hacen patria en los grandes torneos internacionales sin que, repito, existan patrocinadores de la Administración andaluza(Consejería de Cultura y Deportes) Universidad, Diputación, Patronato de Turismo, ayuntamientos, CSD...

La lista es larga y requiere, por parte de los barandas una reactualización para expandir la imagen de Huelva y, por tanto, su espectacular impacto mundialista. ¿Quién sabe dónde estabámos, quiénes éramos, antes que Gálvez, Sixto Jiménez, Pedro Carrasco, Muñoz Arestoy, Marta Garrido, Emilio Martín, Pedro Vera, Augusto García, Kelvin de la Nieve, Verónica Ruiz, David Santana, José M. Sierra, Carolina Marín o Manuel Ruiz Elvira, táctico del Oracle en la Copa del Mundo de vela, dieran el primer paso? ¿Cómo se cuantifica su aportación a ésta provincia? ¿Con qué medios materiales y económicos han contado para llegar a la cima? ¿Cómo continuarán su proyección?

No se valora ni se fomenta la progresión de nuestros deportistas de alta competición, y menos, el rédito de sus triunfos en una tierra que ignora su valor cultural.

Una medalla, una fotografía oficial y después, el olvido. ¡Qué gran error!