Hay directores generales del Ministerio de Educación que, en recientes reuniones de importancia, han afirmado que el Pacto Educativo de Estado no se va a firmar. Y lo han dicho con la boca llena y ante la comunidad educativa. Vamos, para dar moral al pueblo. El descontrol en nuestra cartera de Educación es inmenso. ¿Saben ustedes que en la Aneca hay más de once mil expedientes de homologaciones académicas universitarias sin resolver? Y muchas de ellas con más de dos años de retraso. De nada sirve que el procedimiento administrativo, aprobado recientemente, indique que en seis meses hay que solucionar. De nada sirve tampoco que se aprueben leyes que obliguen a la digitalización de expedientes en el Ministerio de Educación y que no se disponga de recursos para llevarlo a cabo.

Pero nada de esto nos asusta. Y dejo claro que no soy un hater. Ni odio a nadie ni a nadie menosprecio. Aunque, a veces, hay que dejar claras las cosas. Los haters son la tribu urbana de los "odiadores". En el fondo es una pose, la de odiarlo todo en general. Hasta hay un emoticono que los representa. Pero ni siquiera odian, dicen odiar y es al revés, se ríen con desprecio. El nombre que les viene al dedillo es el de "despreciadores". Y en la base contienen la misma indiferencia del resto de "ninis". En nuestro mundo ya no sabemos lo que de verdad importa. Hace poco oí a un periodista decir que las nuevas tecnologías y las fuentes de información harán que solo las personas que presten atención a su educación toda la vida serán las personas "válidas" para trabajar y para ser felices.

Que unos señores, o individuos, se hayan saltado las leyes a la torera desde hace mucho tiempo, que hayan huido de la justicia española, que se atrincheren en Bélgica como héroes de no sé qué, y encima se vuelvan a presentar como candidatos es de juzgado de guardia. Ininteligible en demasía. No lo entiendo ni me cabe en el sentido común. Así comprendo a aquellos que dicen ser independentistas porque desean independizarse de Rajoy. Son los haters de Rajoy. Como pueden comprobar todo, o casi todo, en nuestra vida se solucionaría con la Educación (y añadiría también con la cultura). Y un ejemplo claro lo tienen en Chile. Bachelet aumentó los ingresos para cubrir las necesidades educativas, y les va mejor. Todo repercute en el futuro, en inversiones, en desarrollo. Por favor, pónganse de acuerdo y firmen ya un Pacto Educativo de Estado, mejoraremos todos. Mejorará hasta España.

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