En este maremágnum de situaciones derivadas de las prisas del señor Sánchez para cubrir antes de final de año todo el elenco de arbitrariedades legislativas - saltándose lo que haga falta sea procedimental o consultivo del trámite necesario, ni los expertos tan recurrentes en sus decisiones, aunque no existan - que le permitan afrontar un próximo año con dedicación electoral máxima.

A ello, añadamos su afán polarizador en lo convivencial con la promoción diferenciadora de buenos, los suyos, y malos, los de enfrente, con toda la carga de odios que ello supone y que, al parecer, es el terreno en el que le gusta moverse utilizando una verdadera depredación de la Historia.

Y así estamos cuando escribo porque a los "suyos" - coalición y socios de Gobierno - resulta que les escandaliza y asombra, "sin precedentes" dicen, una petición cautelar al TC respecto a las modificaciones de las Leyes Orgánicas del CGPJ y del TC, por trámite de urgencias, sin posibilidades de enmiendas tras haber negado una reconsideración del tema en la Comisión de Justicia y, tras aplazar el TC el tema aún habiendo mayoría conservadora en el mismo, la parcialísima señora Batet, no atiende la petición de supresión del Pleno del Congreso hasta conocer el dictamen del TC.

Sale en tromba la izquierda con los "sin precedentes", tan grave como el 23 - F; T.C. antidemocrático… sin embargo, yo me pregunto: ¿cómo se demoniza, como antidemocrática a una Oposición que soporta, el desarme constitucional evidente, la inclusión de temas inconexos en proyectos legislativos, estados de alarma inconstitucionales, llamadas de atención a los jueces - esto sí que no tiene precedentes, "olor" a septiembre y 1 de octubre 2017 en Cataluña, incluso, ya que tanto gusta la Historia, a Frete Popular… hasta el descontento del propio socialismo frente al sanchismo y, desde luego, a ver si el PP se da cuenta de que sus gestos, aún con mayorías, no solo sirven para nada sino que en las paranoias de superioridad moral del sanchismo, aunque sea mintiendo, acusan a la Oposición de golpistas y, al tiempo, presionan antes de reunirse al TC, acusándolo, precisamente, de reunirse atendiendo un derecho legal de los opositores cuando el objetivo final del Gobierno es hacerse con el control de la Justicia para seguir obteniendo el favor de los independentistas. Una senda la emprendida, esta última Legislatura, grave, peligroso y muy preocupante al ir camino de usar el "sombrero chotano", tan característico en el destituido dirigente peruano que quiero suponer no es la ruta deseada.

Mientras equivocamos la dirección, aproamos la nueva aberrante Ley del Aborto y ni siquiera hay la gallardía de dar la cara en el Congreso por parte del máximo responsable y, naturalmente, sin trámites consultivos, aunque no sean ni siquiera vinculantes.

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