TENEMOS más espacios naturales que nadie y los cuidamos peor que nadie. Somos así y así nos conocen en Europa. En 1998 nos advirtieron que teníamos que depurar nuestras aguas residuales. Hicimos oídos sordos. Desde entonces ha sido un querer y no poder o un prometer y mirar hacia otro lado. El Tribunal de Justicia Europeo ha condenado a España por el incumplimiento de la normativa de depuración de aguas residuales. El motivo de esta decisión nos es otra que las deficiencias encontradas en las zonas de Matalascañas e Isla Cristina y que ha dejado al aire los que detritus y aguas fecales llegen sin control a los espacios protegidos de Huelva: Sierra de Aracena, marismas de Isla Cristina y Ayamonte, Doñana, Marismas del Odiel y Espacio Protegido del Río Tinto. Huelva huela a podrido. Los deseos de unos (los políticos) no casan con los deseos de los vecinos. Prometen que en 2015 habrá depuradoras. Hasta entonces, tápese la nariz.