Crónicas urbanas

Jordi Querol

Arquitectos en crisis

En un momento en que una gran mayoría de arquitectos ya estamos al corriente de los graves problemas surgidos respecto a la titulación de Arquitecto y a nuestro ejercicio profesional, creo absolutamente necesario dirigirme a la opinión pública. Es mi intención primera expresar mi más sincera y preocupada reflexión sobre la situación que atraviesa la profesión, reflexión que espero que el Congreso de Arquitectos que se celebrará en Valencia el próximo mes de julio permita divulgar entre todo el colectivo profesional.

Los arquitectos españoles en ejercicio coincidimos en los criterios y soluciones básicas: hemos de conseguir un Máster Arquitecto de 360 créditos europeos y con atribuciones propias, las incluidas en la Ley de Ordenación de la Edificación (LOE).

Por mi experiencia personal, y a la vista de lo conseguido por las Ingenierías Superiores, el error básico ha sido no informar a toda la profesión de la alteración de la denominación del título académico de Arquitecto por la de "Graduado en Arquitectura", así como de la designación de Grado en el caso del nivel de estudios de los arquitectos y de Máster en el de los Ingenieros. Tampoco se entiende su demora en reaccionar y conseguir una inmediata rectificación por parte de los responsables de la enseñanza universitaria.

En materia de edificación, el técnico por antonomasia es el arquitecto que, en consecuencia, debe tener el nivel superior en formación.¿Qué sentido tendría el artículo sobre atribuciones que contiene la LOE en cuanto a la formación académica de los técnicos intervinientes? ¿Cómo afecta a la LOE la aparición de titulados Máster en Ingeniería de Caminos o Industrial, es decir, con un nivel académico superior a los Graduados en Arquitectura?

Menos aún se entenderá en la Unión Europea que los arquitectos españoles, que hasta ahora hemos gozado de la más alta consideración, tengamos hoy un nivel académico inferior al de las ingenierías. Desde luego no encaja ni con la "letra" ni con el espíritu de las directivas europeas.

En la situación actual, de nervios, crisis y rápidos cambios, se corre el peligro de que la LOE se modifique en perjuicio de nuestro ejercicio profesional, tal como está sucediendo con nuestras enseñanzas universitarias. Costó muchos esfuerzos conseguir ordenar los derechos y responsabilidades de todos los profesionales intervinientes en el sector de la edificación. Su defensa es vital para nuestro ejercicio profesional pues representa la pieza clave de nuestro ordenamiento.

En definitiva, hemos de trabajar con rapidez, intensidad y honestidad para que los cambios que se produzcan no resulten nefastos y no sólo lleguen a perjudicar a los arquitectos, sino, mucho peor, también a la sociedad en general y a la arquitectura en particular.

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