en el titán

Eduardo J. Sugrañes

La Inmaculada de Huelva, en Roma

La imagen del monumento de Huelva fue ofrecida al papa Juan Pablo II, que la recibió en la capilla del hospital Gemelli Mañana se conmemora el décimo aniversario de la bendición

HUELVA, al Sur del Sur, ha vivido siempre acontecimientos importantes, regalados desde la sencillez y que al final acoge la Humanidad con gran importancia. El Descubrimiento de América, el Encuentro y Evangelización, arrancando desde el humilde cenovio franciscano de La Rábida, supuso uno de esos momentos. Al final, los pueblos sencillos viven con humildad hechos que el orbe hace propios, desde la resignación de haber sido protagonistas por lo poco que ha tenido en el desarrollo histórico, más allá del orgullo de quienes se sienten herederos de aquellos hacedores.

En la devoción a la Pura e Inmaculada Concepción, Huelva siente el orgullo de haber sido avanzadilla de su culto. Incluso antes de que las coplillas cantaran por estos reinos su virtudes, aquí se le dedicaba un templo, el segundo tras la parroquia mayor, a la Purísima Concepción, en 1515. Treinta años antes de la aprobación y declaración de la Inmaculada Concepción de María en el Concilio de Trento (1545-1563).

Estas cuestiones quedan solo en el corazón sencillo de los onubenses. Hoy, después de vividos este tiempo, se van a celebrar los 500 años de esta parroquia. Huelva tuvo siempre un adelantado Triunfo a la Inmaculada Concepción de María, aunque cuestiones de la historia -en este caso, la invasión francesa- le privaron de aquel.

Un grupo de onubenses, sensibles de la importancia de aquel monumento, se puso a trabajar en el empeño de recuperar para Huelva el Triunfo a la Inmaculada. Con el horizonte del 150 aniversario del dogma inmaculista y el 50 aniversario de la creación de la Diócesis de Huelva, que la nombró Patrona para que le acompañara en la puesta en marcha de la misma, se tomó como objetivo para 2004 volver a levantarlo. Las páginas de Huelva Información fueron testigo de este proyecto, arrancando aquí la iniciativa el 21 de abril de 2002.

Con no pocos esfuerzos, pero con muchísima ilusión, se pudo recuperar su monumento. Este Triunfo de la Virgen fue referente de la celebración del cincuentenario de la Diócesis onubense; todo se ofreció como homenaje a la Virgen por su intercesión durante este tiempo.

Los actos de aquel cincuentenario tuvo, entre otras alegrías, el hecho de que para su bendición acudiera el nuncio de Su Santidad Juan Pablo II, el actual cardenal Manuel Monteiro de Castro, y el hoy obispo emérito, monseñor Ignacio Noguer Carmona.

Huelva disfrutó de aquel instante. Esa alegría se compartió con Su Santidad Juan Pablo II, al que se le ofreció desde aquí una imagen en boceto de la Inmaculada de Huelva. El Santo Padre estaba aquel 28 de febrero de 2005 hospitalizado en el centro Gemelli de Roma. Hasta allí se la llevó su sustituto, el cardenal Leonardo Sandri, tras un encuentro con él de la comisión de onubenses en el Palacio Apostólico. Quiso el Santo Padre recibir aquel homenaje, recordaba a su compañero en el Concilio Vaticano II, Rafael González Moralejo, que fue obispo de Huelva y con quien compartió su visita a esta Diócesis en 1993, en la clausura del V Centenario de la Evangelización de América.

La Inmaculada del Monumento de Huelva llegó a Roma y la prueba de su presencia junto al papa apareció en las imágenes ofrecidas por el L'Osservatore Romano el 6 de marzo de 2005. En la misa celebrada en la capilla del Hospital Gemelli. Allí aparecía la imagen de la Inmaculada onubense en una esquina junto al altar, sobre una pequeña columna con un sencillo paño y un centro pequeño de flores. Aquella foto dio la vuelta al mundo, porque todos especulaban con la salud del papa que apareció en esta imagen. Era el primer domingo en 26 años de pontificado que no pudo rezar el Ángelus, pero le acompañó la Inmaculada de Huelva.

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